La farmacéutica AstraZeneca, que desarrolla la vacuna contra la Covid-19 junto a la Universidad de Oxford, ha advertido a la Unión Europea que no podrá entregar las dosis previstas para el primer trimestre de año.
La comisaria europea de Salud, la chipriota Stella Kyriakides, ha explicado que la británica ha anunciado este viernes a los Veintisiete de un retraso en la entrega de vacunas «respecto a lo previsto para el primer trimestre de este año».
La Unión Europea cuenta ya con dos vacunas en el mercado (Pfizer y Moderna) pero tiene con una cartera mayor pendiente de análisis y aprobación. La de BioNTech y Pfizer fue la primera en ser aprobada, el pasado diciembre, aunque ha preocupado al bloque al anunciar un retraso de semanas en el reparto de las dosis comprometidas para el primer trimestre. También se distribuye ya la de Moderna, aprobada a primeros de año, y se espera que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) dé también luz verde a la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford antes de que acabe el mes.

La comisaria europea de Salud ha indicado que los miembros de la Unión Europea han trasladado su «profundo descontento». «Insistimos en un calendario de entrega preciso para saber qué Estados miembros deben planificar sus programas de vacunación», ha indicado.
También han trasladado a la compañía británica la necesidad de acelerar la distribución de dosis. El pasado 27 de agosto, la Comisión Europea firmó con AstraZeneca un acuerdo con obligación de compra que supone la adquisición para Europa de 300 millones de dosis, con un coste total de 870 millones de euros.
El secretario general de Salud Digital, Información e Innovación, Alfredo González, indicó este jueves que en 15 días podrían estar disponibles en España las primeras dosis de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y la compañía AstraZeneca, si se aprobaba por la Agencia Europea del Medicamento.
El problema de los retrasos en los suministros comprometidos, unido a la competencia que suponen los acuerdos bilaterales y de terceros países con farmacéuticas para conseguir adelantos en la distribución, preocupa en la Unión Europea, que se puede ver envuelta en cuellos de botella que le impidan vacunar a la población tan rápidamente como sería deseable.
Artículo elaborado por EM con el apoyo de información suministrada por Europa Press
Me preocupa la pasividad de la Comisión Europea, está claro que estos retrasos son desvíos de pedidos hacia países como UK, Israel o EE.UU que están jugando a una política muy agresiva de vacunar cuanto antes, a base de pagar más por cada dosis y de compartir datos clínicos. Es como lo que pasó en marzo con el material sanitario, se vendía al mejor postor.
No sé si somos conscientes de que con este retraso de Astrazeneca acaban de volar por los aires todas las previsiones optimistas del 70% vacunado en septiembre. Esperemos a ver el alcance de este «retraso» que no afecta al Reino Unido, para medir el desastre. El único golpe de efecto que le queda a la UE es hacer un nuevo contrato ad hoc con Johnson en el último minuto, por el que le aprobamos la vacuna los primeros y de manera rápida pero nos tienen que garantizar el 70% de las dosis producidas a nivel global durante los primeros meses, como han hecho TODOS MENOS NOSOTROS (UE).