ইইউ-এর অনুমোদন সর্বোচ্চ। ট্রাম্পের, সর্বনিম্ন

Dos de los hechos más destacados del último año han sido por un lado la decisión de los británicos de abandonar la UE, y, por otro, la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos.

Desde que fue designado, la opinión que los americanos tienen de su presidente prácticamente no ha hecho más que bajar.

El saldo neto se ha acercado en algunos momentos a los veinte puntos negativos, aunque lleva un mes en que se ha estabilizado y ya no se registran nuevos descensos.

Si examinamos el crédito que a estas alturas de mandato tenían otros presidentes y lo comparamos con el del actual, este es el resultado:

Según los datos de FiveThirtyEight, Trump sería el presidente más impopular de las últimas décadas, solo comparable con Gerald Ford y con los inicios desastrosos de Bill Clinton.

No obstante, no podemos olvidar Trump conserva el apoyo de sectores importantes, con más peso en la población blanca, masculina y los Estados centrales del país. Las costas, en cambio, son en general muy contrarias al presidente, salvo el área del golfo de México.

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En cuanto a la Unión Europea, el Brexit supuso un importante shock, y muchos predijeron un descenso en picado de su crédito entre los ciudadanos. Transcurridos trece meses, la opinión que los europeos tienen sobre la UE es esta:

Tras el descalabro pasado, con un descenso brusco en los apoyos a la UE (en Francia, por ejemplo, llegaron a bajar del 40%), los últimos meses han visto un renacer del apoyo a la unión, a la vez que los partidos de extrema derecha opuestos a ella perdían posiciones y no conseguían alcanzar sus objetivos electorales.

Sorprendentemente, las instituciones europeas logran ahora en muchos países su mejor nota desde 2010.

En España, que era el país occidental más europeísta antes de que llegara la gran crisis, se produjo un bajón espectacular al caer en la depresión. Sin embargo, actualmente la UE consigue de nuevo un apoyo social superior al 60%. Solo Grecia, que no logra salir de sus problemas, tiene hoy por hoy una visión negativa de la Unión.