کووید-19: داده های روز جمعه در اسپانیا نشان دهنده یک تغییر نگران کننده در روند است

La segunda ola del covid nos afectó duramente, sobre todo en cuanto a incidencia, en septiembre y octubre, y en cuanto a fallecimientos en octubre y noviembre. Se llegaron a superar en varias comunidades los 1000 casos recientes por cada cien mil habitantes, y los decesos diarios llegaron a ser, aproximadamente, la mitad de los que se alcanzaron en abril.

Afortunadamente, la situación ha mejorado mucho, y el impacto de la segunda ola está ya muy amortiguado en España. Pero el objetivo del gobierno era reducir la incidencia a menos de 50 casos recientes por cada cien mil habitantes, y no se ha conseguido ni de lejos. El jueves marcó mínimos, en la cota de 188 casos, pero ayer viernes experimentó un ligero incremento, hasta los casi 190. Poca cosa, pero muy significativo. Más significativo aún, por lo que implica en el más inmediato corto plazo, es que los casos diagnosticados y con inicios de síntomas en los últimos siete días, pasaron desde el mínimo del jueves hasta el viernes de 17,86 a 21,46, en un incremento que sí es relevante y nos coloca de nuevo en una senda ascendente.

Los fallecimientos seguirán descendiendo sin duda en las próximas semanas, porque este indicador tiene una evolución mucho más lenta, pero el temor a los desplazamientos de Navidad, con contactos con personas a las que no se ha tenido acceso en meses, es grande. Mientras tanto, todos los ojos estarán fijados en la actualización que presentará el ministerio el lunes a las seis de la tarde: si en ese informe la incidencia no vuelve a la senda descendente, esto significará que hay motivos reales para la preocupación.

La vacunación comenzará pronto, pero no alcanzará la generalidad necesaria para originar inmunidad de grupo en varios meses, y mientras tanto se corre el riesgo de que se desate una tercera ola sin que se haya dado por realmente acabada a la segunda.