Casi dos semanas después de las elecciones celebradas en Estados Unidos, el resultado parece bastante claro. Joe Biden se llevará finalmente algo más de 79.000.0000 de votos (algo más del 51%), mientras Donald Trump estará cercano a los 73.500.000 (algo más del 47%).
Todos los estados están decididos, el demócrata conseguirá 306 votos electorales (los mismos que Trump en 2016) mientras el republicano conseguirá 232, los mismos que Clinton hace cuatro años.
¿Tiene posibilidades Trump de revertir esa situación? Literalmente, ninguna. Ciertamente en varios estados el conteo inicial está ajustado, y un recuento minucioso o un giro judicial podría cambiar el resultado final. Es poco probable que eso ocurra en ningún sitio, pero no imposible. Lo que ocurre es que, para que Trump recuperara la presidencia, necesitaría TRES vuelcos, y eso sí que parece absolutamente imposible. En Arizona “pierde” por “solo” 11.000 votos, en Georgia por 14.000 y en Wisconsin por 20.000. Son los tres más ajustados, porque más lejos quedan Nevada (33.000) o Pennsylvania (67.000).
Si Trump recuperara “milagrosamente” en los recuentos y demandas los tres primeros estados, ni siquiera lograría la presidencia, porque empataría a 269 delegados con Biden. En ese caso, el Congreso, de mayoría demócrata, designaría al presidente el día 6 de enero, que sería, por tanto, Biden, y el Senado al vicepresidente, que probablemente será de mayoría republicana, de manera que elegiría a Pence.
Pasan los días y el presidente saliente cada vez cuenta con menos apoyos entre sus propios correligionarios. Mientras tanto, Biden prepara con calma su nueva administración, que deberá poner en marcha con su toma de posesión el 20 de enero. En esto, salvo sorpresa monumental, parece que quedará todo.
Mientras tanto, Donald Trump sigue con su campaña, en la que, en ocasiones, parece que flaquea e incluso reconoce la derrota, aunque sea con mil pegas …
Sugbon nigbamii, inmediatamente, deja claro que no:
Ero rẹ
Awon kan wa awọn aṣa lati ọrọìwòye Ti wọn ko ba ni ibamu, wọn yoo yorisi itusilẹ lẹsẹkẹsẹ ati titilai lati oju opo wẹẹbu naa.
EM kii ṣe iduro fun awọn ero ti awọn olumulo rẹ.
Ṣe o fẹ lati ṣe atilẹyin fun wa? Di Olutọju ati ki o gba iyasoto wiwọle si dashboards.