Candidaturas de Podemos: dudas sobre las confluencias, IU y las distintas estrategias

Los plazos, aunque formalmente no han comenzado a correr, son inexorables y finalizan pronto. El día 5 de marzo se publicará, probablemente, el decreto de disolución de las Cortes, y si es así, el 25 deberán haberse presentado las candidaturas, pero mucho antes, el 15 de marzo, se acabará el plazo para que los partidos comuniquen a la Junta Electoral si van a concurrir en coalición a estas elecciones.

La convocatoria electoral ha pillado a Izquierda Unida, Podemos y sus confluencias con el pie cambiado, tanto a nivel organizativo como territorial.

En la Comunidad Valenciana desde hace tiempo parece claro que Compromís concurrirá por separado y sin vinculación con las siglas de Podemos, lo cual deja al partido en una difícil situación en la comunidad.

En Catalunya los objetivos de Podemos a nivel nacional pueden no encajar con gran parte de la estrategia autonómica, de manera que aún queda mucho por perfilar sobre las posibles candidaturas unitarias, si es que las hay.

En Galicia, la vieja confluencia “En Marea” parece herida de muerte, y se registran movimientos en Anova para buscar una candidatura que aparque esa marca y confluya (o no) con los socios de hace tres años a través de una nueva plataforma.

En otros territorios hay diferencias entre sectores, que se unen a las distintas estrategias de unidad/separación que unos y otros tienen respecto a Izquierda Unida. En varias comunidades parece que al presentar listas distintas, Podemos e Izquierda Unida podrían podría sumar más votos que si fueran conjuntamente, mientras que en otras de no haber unidad muchas papeletas se perderían sin posibilidad de alcanzar ni un solo escaño en el Congreso.

Por si fuera poco, en Madrid se abrió recientemente una fractura que ha llevado a Iñígo Errejón a desligarse del partido del que es cofundador, para embarcarse en una nueva aventura junto con Manuela Carmena. El proyecto, que nacía quizás con aspiraciones de dar el salto a la política nacional, se ha visto truncado con la convocatoria anticipada de elecciones generales, que le resta visibilidad y capacidad de crecimiento. ¿Presentará Errejón una candidatura diferenciada para las elecciones generales? ¿Bajo qué siglas? ¿Con qué organización que le respalde? Ante la falta de tiempo y de posibilidades, Errejón parece optar por quedar al margen de esta batalla.

El proyecto de Podemos, que se destapó con ilusión y mucha fuerza hace cinco años gracias a unas elecciones europeas, se examina ahora en otras elecciones que serán su mayor reto y marcarán su destino. El partido tiene una oportunidad única para volver a empezar, pero si no la aprovecha es posible que acabe perdido en los recovecos del Congreso, apenas visible como cuarta o incluso quinta fuerza de la cámara. La respuesta a todos los interrogantes la tendremos en unas pocas semanas.

Para cuando, un mes después, se vuelvan a celebrar unas elecciones europeas, sabremos si estos cinco años han servido para que Podemos se consolide como una alternativa real con capacidad de llegar al gobierno o si, por el contrario, supuso solo un brillante fogonazo del que poco quede ya.