¿Cuántas elecciones nos esperan este año?

Si algo tenían los calendarios electorales en España es que eran, normalmente, bastante regulares. Las elecciones se celebraban cada cuatro años, pocas se adelantaban, y mientras tanto tocaba esperar y hacer política. Buena o mala, pero política.

Pero entonces llegaron los locos años diez y lo cambiaron todo. Tuvimos, de pronto, muchos más partidos, más gobiernos en precario, más idas y venidas y… más elecciones.

Así que en esas estamos. Las municipales no se pueden adelantar, pero muchas autonómicas sí, y pasados unos pocos meses más se podrían incluso convocar unas nuevas elecciones generales. De hecho, ya ni nos acordamos de cuándo fue prácticamente la última vez que se celebraron elecciones generales en su momento. Fue en 2008 y las ganó Zapatero en su segundo mandato.

Luego tuvimos el oasis de cuatro años de 2011 a 2015, pero fue un espejismo. Y es que desde la restauración de la democracia, nunca se habían celebrado en España más de tres elecciones generales en una misma década, pero en los años diez fuimos a votar cinco veces.

En 2020 ha ocurrido, además, un hecho insólito, y es que unas elecciones se han aplazado. Las vascas y gallegas, que tocaban en octubre pero se habían adelantado a abril, tuvieron que dejarse aparcadas por culpa del coronavirus.

¿Cuándo se celebrarán? Aunque según nuestro panel muchos ciudadanos apostarían por retrasarlas todo lo posible, en el ambiente político hay cierta prisa. Tanto Urkullu como Feijóo pueden estar interesados en celebrarlas cuanto antes para así aprovechar el hipotético “efecto bandera 🚩” que provoca el COVID-19, y apuntalar sus respectivas mayorías. Por eso el PNV logró que en la última autorización de la prórroga del Estado de Alarma se recogiera expresamente la mención a que las convocatorias electorales se pueden realizar mientras estemos en esta situación, siempre que no haya emergencia sanitaria.

Así que tenemos que estar preparados porque puede que haya elecciones en Galicia y País Vasco en julio. Y puede que se celebren a la vez, si es que Feijóo y Urkullu consiguen acompasar los tiempos.

Por otro lado, nada es descartable en Cataluña. Aunque allí tienen de margen hasta diciembre de 2021, el compromiso de Torra era convocarlas justo después de aprobar los presupuestos de la comunidad, lo que nos llevaría también a una celebración inminente. Pero eso era antes de que destapara el covid. Ahora todo está en manos del debate de partidos y, sobre todo, de la tensa relación que reina entre Junts y ERC. El juego de intereses entre ambas formaciones podría desencadenar la convocatoria electoral en cualquier momento, o podría demorarlo todo hasta finales de 2021. Entre medias, cualquier fecha es posible.

En la Comunidad de Madrid han empezado a sonar los tambores electorales. El perfil de la presidenta Ayuso, tan marcado, lleva a todo tipo de especulaciones, y es conocido el hecho de que Ciudadanos no está a gusto con algunas decisiones (o con muchas) que se están tomando. Con la vista puesta en el apoyo de Vox, que dependerá de las circunstancias, Ayuso puede intentar consolidarse mediante un golpe de mano y salir reforzada frente a sus socios tras unas elecciones que podrían celebrarse antes de que acabe el año. De momento se trata de una mera especulación, pero ya ha saltado a los medios, y es así es como siempre empiezan a fraguarse estas cosas.

Y por último queda la gran incertidumbre, la de las elecciones generales, que a partir de noviembre pueden celebrarse legalmente. La legislatura apenas ha empezado, así que ni siquiera deberíamos estar sopesando una posibilidad tan descabellada como la de un nuevo adelanto electoral. Pero no faltan los gurús que anticipan una convocatoria cercana, y tienen sus argumentos: la imposibilidad de sacar adelante unos presupuestos, la hipotética denegación de ayuda por parte de Bruselas si tras el verano no se consigue presentar un plan de recuperación que aprueben en Europa, la crisis económica que se está fraguando y que desataría tensiones insoportables entre los dos partidos que gobiernan en coalición, la diversidad de intereses entre ambos, la hipotética tensión social, el interés electoral del presidente, etc.

Así que este año tendremos, seguro, dos elecciones: las vascas y las gallegas, que podrían celebrarse en julio, en septiembre o en octubre, juntas o por separado. Y tenemos como posibles las catalanas, que podrían ser también en julio, o más probablemente, en otoño, o dejarse para el año que viene. Y tenemos como meras hipótesis las madrileñas y las generales, que, en condiciones normales, no deberían ni plantearse. Pero si algo hemos aprendido durante estos años es que en España, en asuntos electorales, ya casi nada podrá sorprendernos.