La jornada de hoy está dominada por algunos hechos importantes.
En lo inmediato, se celebra la segunda jornada de huelga general en Catalunya, como respuesta a la situación de «anormalidad democrática» que según los sectores indepedentistas vive el país, con la exigencia de liberación de los llamados presos políticos.
Ayer Carles Puigdemont consiguió reunir en Bruselas a doscientos alcaldes catalanes para apoyar las demandas secesionistas, exigir respeto por el resultado que se produzca el 21-D, sea el que sea, y apoyar a los detenidos. La estrategia del expresident consiste, según parece, en intentar mantener la llama encendida, lanzando mensajes a la comunidad internacional con la idea de conseguir internacionalizar el conflicto.
Por otro lado, ayer se produjeron novedades respecto al caso Gürtel. El inspector jefe de la UDEF afirmó, ante la comisión parlamentaria que investiga la financiación del PP, que el propio Mariano Rajoy «recibió indiciariamente» fondos provenientes de la caja B del PP.
El hecho de que un funcionario público de algo nivel reconozca en el Congreso que hay indicios contra el presidente, y que denuncie la existencia de presiones para frenar la investigación de lo que denominó «corrupción en estado puro«, es un hecho grave que apenas está trascendiendo a la opinión pública, debido a que la casi totalidad de las portadas y la atención social se siguen centrando en Cataluña.
Hacienda interviene el ayuntamiento de Madrid.
Ahora que traten de convencerme de que lo de Cataluña no es una lucha por los derechos que nos quieren quitar, y que es cuestión de legalidad. Montoro usa la misma herramienta con el Ayuntamiento de Madrid que contra la Generalitat de Cataluña. Normalizan la pérdida de derechos en Cataluña y luego tienen vía libre para usarla impunemente en el resto de España.
¿Internacionalismo? ¡Y una porra! ¿Desde cuando los trabajadores tienen que dejar que se pisoteen sus derechos por solidaridad con las fábricas de asia? Ese internacionalismo mal entendido, en el que es mejor que nos jodamos todos los trabajadores solo porque fuera de Cataluña no tenemos cojones para plantarnos contra Rajoy. A mí me van a quitar mis derechos de todas formas, si los trabajadores catalanes necesitan levantar una frontera para defender sus derechos, que la levanten.