Una de las promesas de Pedro Sánchez era que antes de final de año tendríamos gobierno.
Para conseguirlo se empezó bien (o eso parecía), cuando firmó con Podemos un acuerdo sin dejar que se cumplieran 48 horas tras su victoria electoral. Ese pacto con Pablo Iglesias despejaba el camino, pero solo en parte, y además limitaba opciones: quedaban descartadas, aunque aún así se han seguido haciendo guiños en ese sentido, las alternativas hacia la derecha, esas que se han bautizado como “Vía Arrimadas” o “Vía 221”.
Concentrado el foco en la izquierda, y logrado el apoyo de Unidas Podemos y probablemente el de algunos otros pequeños grupos que aportan uno o dos diputados cada uno, lo que quedaba, lo que queda, y lo que ha hecho imposible el gobierno prometido antes de fin de año ha sido la negociación con Esquerra Republicana de Catalunya.
En algunos momentos, a medidados de mes, todo parecía hecho, y la investidura inminente. Pero la sentencia europea del día 16 que finalmente ha facilitado la acreditación provisional de Puigdemont como diputado, lo complicó todo. El precio a pagar exigido por ERC ha subido un escalón y se centra ahora en lograr un gesto: que la abogacía del Estado, en el escrito que presentará presumiblemente hoy o mañana ante el Tribunal Superior de Justicia de Luxemburgo, haga una “concesión” a las posiciones de los republicanos respecto de la inmunidad de Junqueras.
Si finalmente ese gesto llega, sería aún posible convocar el pleno de investidura para antes de fin de año, aunque la votación final podría producirse pasadas las uvas. Más probable parece que no de tiempo para tanto y que el pleno se demore hasta el día 2, con lo que tendríamos presidente el 5 de enero.
Las negociaciones se llevan con discreción, y en fuentes socialistas se da, de nuevo, casi por hecho el acuerdo. Pero todos son conscientes, también, de que en cualquier momento “algo” se puede torcer, “algo” puede no gustar en la actitud de la abogacía del Estado, o “algo” que no sabemos impida rubricar el compromiso de abstención de ERC. Por ejemplo, el asunto de los presupuestos no está siendo apenas mencionado, pero los socialistas están preocupados, porque de nada serviría una investidura si, a las pocas semanas, fuera imposible aprobar los primeros prepuestos de Pedro Sánchez porque los republicanos no se comprometieran a ello.
Probablemente en uno o dos días el horizonte se aclarará. Si la noticia final se produce el mismo día 28, el de los inocentes, habrá que tener cuidado para distinguir la realidad de… la ficción.
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