El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, ha encargado al líder del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), Herbert Kickl, la formación de un nuevo gobierno en coalición con el Partido Popular Austríaco (ÖVP). Esta decisión se produce tras el fracaso de las negociaciones entre el ÖVP, el Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) y NEOS.
Van der Bellen, quien ha expresado anteriormente su rechazo a las posturas del FPÖ, afirmó que no tomó esta decisión a la ligera y que supervisará de cerca el respeto al Estado de Derecho durante el proceso de formación del gobierno.
El FPÖ, liderado por Kickl, obtuvo aproximadamente el 29% de los votos en las elecciones legislativas de septiembre, convirtiéndose en el partido más votado. Sin embargo, su victoria ha generado controversia debido a sus posturas de extrema derecha y ha provocado protestas públicas en Austria.
El ÖVP, que inicialmente rechazó la posibilidad de una coalición con el FPÖ, ha cambiado su postura bajo el liderazgo interino de Christian Stocker, quien expresó su disposición a aceptar una invitación del FPÖ para formar un gobierno conjunto.
Esta será la primera vez en la historia democrática de Austria que un dirigente de extrema derecha podría asumir la cancillería, lo que representa un cambio significativo en el panorama político del país. La comunidad internacional y diversos sectores de la sociedad austríaca observan con preocupación este desarrollo, atentos a las implicaciones que podría tener para la democracia y los derechos humanos en Austria.
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