Durante la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada cerca de Washington, un gesto controvertido de Steve Bannon, exasesor de Donald Trump, ha generado una notable polémica.
Al concluir su discurso, Bannon extendió su brazo derecho con la palma hacia abajo, un gesto que fue interpretado por algunos asistentes y observadores como un saludo nazi.
Esta acción provocó la inmediata reacción de Jordan Bardella, presidente del partido francés Agrupación Nacional (RN) y mano derecha de Marine Le Pen, quien decidió cancelar su intervención programada en el evento en señal de protesta.
Bardella declaró que no deseaba asociarse con gestos que aludieran a ideologías nazis. Por su parte, Bannon negó las acusaciones, afirmando que su gesto fue simplemente un saludo habitual para agradecer al público. Este incidente ha evidenciado tensiones internas en los círculos conservadores y ha suscitado debates sobre los límites de la retórica y los símbolos en la esfera política.
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