La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, llamó al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, para informarle de la ruptura de Sumar transmitirle que la legislatura no está en riesgo por ello pues su deseo es que sea estable, si bien ya le avisó de que la forma de garantizarlo pasa por negociar con los diputados de la formación medidas valientes y ambiciosas.
A su vez, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, también conversó con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se había enterado por la prensa de la ruptura, y en ambos lados de la coalición muestran tranquilidad tras la decisión de los morados de pasar al Grupo Mixto.
Fuentes de Podemos han explicado que una vez consumada la ruptura con Sumar a nivel parlamentario Belarra telefoneo a Bolaños para informarle de los motivos de esa decisión para garantizarle que la legislatura continuará, que quieren “hacer política” y que su voluntad es que haya estabilidad, sobre la condición de que se negocien las propuestas que formule su partido en la cámara.
UN FRENTE DE IZQUIERDAS CON ERC, BILDU Y BNG
“Nuestro objetivo siempre ha sido la estabilidad, si hubiéramos querido inestabilidad habríamos ido por separado en las elecciones del 23J en vez de aceptar un acuerdo con Sumar enormemente injusto con Podemos”, han remarcado las citadas fuentes, para dejar claro que su visión es que solo con políticas de izquierda ambiciosas se podrá frenar el avance de la derecha. Ahora, la idea de Podemos es incidir en materias como vivienda y feminismo de cara a la legislatura y estrechar alianzas de acción parlamentaria con ERC, BNG y Bildu.
Un extremo que confirma el ala socialista e incluso el propio presidente, que en conversación informal con los periodistas tras el acto de conmemoración de la Constitución en el Congreso desgranó que la secretaria general de Podemos llamó al titular de Presidencia para informarle de su marcha de Sumar y “ponerse en disposición de estabilidad”. Una conversación que le tranquilizó.
Sánchez, al igual que remarcan en la formación de Díaz, se enteró por los medios de la ruptura en la coalición del socio minoritario y conversó esa misma noche con Díaz. Tras recalcar que siempre ha sido partidario de la unidad de las fuerzas progresista, asume que el PSOE tendrá que negociar más con Podemos aunque eso no le inquieta, porque comparten la necesidad de avanzar en derechos sociales y en políticas de izquierda.
En el mismo sentido, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha admitido también ante la prensa que, dado este nuevo escenario, ahora tendrá que negociar con Podemos los futuros Presupuestos Generales del Estado, igual que hace con el resto de integrantes del Grupo Mixto. Hasta ahora el PSOE lo descartaba alegando que su acuerdo era con Sumar.
PODEMOS: LA MILITANCIA ESTABA MUY ENFADADA CON SUMAR
Por su parte, desde el partido morado han insistido en que la ruptura con Sumar ha sido un producto de un cúmulo de desplantes, desde dejarles fuera del Gobierno a no darles portavocías parlamentarias ni dejarles intervenir en los plenos.
Sin embargo, la “gota que colmó el vaso” fue designar como encargado del debate de ayer en el Congreso sobre Israel y Palestina al portavoz de Exteriores de Sumar, Agustín Santos, al que ven próximo a las tesis del PSOE.
Además, rebaten que no era necesaria una consulta a la militancia para decidir si abandonaban Sumar, dado que han sido consecuentes con la hoja de ruta política que avalaron sus bases en noviembre y que mandata salvaguardar su autonomía política.
A su vez, han remarcado que en la reunión de ayer de su Secretariado (la ejecutiva morada) no hubo ninguna intervención en contra de dejar la disciplina del grupo plurinacional, conscientes de que la militancia estaba “muy enfadada” y no querían estar en Sumar. Incluso comparan que no dejan hablar a sus diputados en las sesiones del Congreso era como tener “cinco ferraris aparcados en el garaje”.
NO HAY TRANSFUGUISMO
En Podemos enfatizan, a su vez, que su actuación no puede calificarse de ningún modo como transfuguismo, dado que los diputados de la formación han cumplido estrictamente las directrices de su dirección, teniendo en cuenta además que Sumar no es un sujeto político constituido (no ha realizado aún su asamblea) sino una mera coalición electoral.
“Tránsfuga es que un miembro de Podemos se hubiera quedado en Sumar”, han zanjado para asegurar también que ningún diputado va a entregar su acta en el Congreso, como hoy han demandado ‘los comunes’ en un comunicado. De hecho, recalcan por ejemplo que la número tres del partido, Lilith Verstrynge, concurrió por la lista de Barcelona y no por Madrid, por ejemplo, porque fue ahí donde la reubicó Sumar.
Mientras, desde Sumar también se muestran tranquilos, como se plasmó en una reunión que mantuvo ayer los principales dirigentes de la confluencia, e incluso hay sectores de la coalición que reconocen “alivio” ante la marcha de los morados, dado que cesará el ruido interno que han padecido desde que fueron coaligados con Podemos a los comicios del 23J. Otras voces comparan lo ocurrido con un divorcio, donde hay gente más afectada y otros más liberados.
De todas forma, en las filas del proyecto de Díaz recriminan que los morados han roto una unidad de la izquierda del PSOE que costó mucho armar solo por ganar protagonismo e interpretan que la ruptura se consumó para tapar dimisiones como la del ya excoordinador de Podemos en Madrid Jesús Santos. De hecho, sectores de la coalición señalan que los morados están en descomposición y que quieren opacar su escasa representación política en las comunidades elevando la visibilidad de sus cinco diputados.
TODO ESTÁ ABIERTO PARA LAS EUROPEAS
Ante el próximo ciclo electoral, fuentes de Podemos señalan que para las elecciones europeas de junio el escenario está abierto y que serán los órganos del partido los que decidirán y admiten que en el caso de las negociaciones con Sumar para una candidatura autonómica en Galicia están “mal”.
Bajo el criterio de los morados, Sumar actúa echando balones fuera para dilatar los tiempos y resistirse a desplegar unas primarias abiertas, algo que denota que son conscientes de que el peso de Podemos tanto en Galicia como en Euskadi es “real”. De todas formas, han defendido que las direcciones autonómicas tienen su autonomía y el apoyo del partido estatal porque son conscientes de que con el enfoque negociador que mantiene Sumar las coaliciones “no salen bien”.
Frente a esa óptica, desde la formación que abandera Díaz defienden que su marca es el motor para movilizar el electorado progresista como ocurrió en las generales y que ya han alcanzado más de 3.000 inscritos, mientras que los morados no tienen fuerza.
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