El Gobierno de Bolivia ha defendido este lunes un peritaje requerido por la Fiscalía a una universidad española que determina que “no hubo manipulación” en las elecciones bolivianas de 2019, mientras la Organización de Estados Americanos (OEA) ha arremetido contra este informe y ha reiterado que el proceso tuvo “irregularidades”.
El Ministerio de Exteriores de Bolivia ha ratificado en un comunicado la “validez e importancia” del peritaje requerido por la Fiscalía al grupo de Investigación Deep Tech Lab de Bisite, de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, y ha asegurado que ha sido realizado “dentro de un proceso judicial que soberanamente lleva adelante el Estado boliviano en el marco de su legislación (…)”.
Así, ha incidido en que el peritaje “no es cuestionable bajo ningún argumento” del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien “defiende una auditoría que fue realizada sin cumplir con el acuerdo suscrito con el Estado boliviano” y que “terminó siendo un proceso unilateral y parcializado con conclusiones erróneas y forzadas”, según ha denunciado el Gobierno boliviano.
El Ejecutivo boliviano ha respondido así ante un comunicado publicado este lunes por la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia de la Secretaría General de la OEA en el que se reiteran los hallazgos del denominado informe ‘Análisis de Integridad Electoral de 2019 en Bolivia’, en el que la organización apuntó a “irregularidades” en el proceso electoral.
La OEA ha arremetido contra el estudio llevado a cabo por la universidad española, y ha indicado que, tras analizarlo, “se ve en la obligación de señalar los errores y las omisiones más evidentes del mismo”, así como de “reiterar sus hallazgos”.
“El estudio pericial, pagado por la Fiscalía, se refiere única y exclusivamente a temas informáticos con base en información desconocida y proporcionada por el ente estatal, y no abarca otros asuntos de suma importancia para comprender de manera integral los hechos de 2019. Asimismo, este ejercicio se llevó a cabo mucho tiempo después de la elección, fue realizado a distancia, por un equipo sin experiencia en materia electoral y contratado por la propia Fiscalía”, ha criticado la OEA.
Igualmente, ha añadido que el peritaje “reconoce que el trabajo realizado fue acotado, que fueron posibles las alteraciones manuales de los sistemas y bases de datos, que personas no identificadas podían efectuar cambios y no dejar rastros, que no existió supervisión, y que no se puede garantizar la integridad y autenticidad de la evidencia”.
“A pesar de ello y con base únicamente en una simple comparación de las bases de datos, en el informe se afirma que no existió manipulación. Esta conclusión carece de sustento técnico científico y compromete el grado de profesionalismo de su dictamen pericial”, ha continuado la organización.
De este modo, ha aseverado que “nunca” se podrá “tener confianza” en esas elecciones “por la manipulación, la cantidad de irregularidades, y por la destrucción de evidencia informática y material”.
“Este, y los otros estudios a pedido, marcan el fracaso de aquellos que intentan de cualquier manera validar lo imposible. De las elecciones observadas por la OEA en la última década, la de octubre de 2019 en Bolivia es probablemente la peor de todas”, ha agregado la OEA, al tiempo que ha zanjado que estos comicios “constituyen una vergüenza hemisférica por el cúmulo de irregularidades y por la manipulación flagrante del proceso electoral”.
“Intentar validar este conjunto de irregularidades y manipulaciones, a través de estudios extemporáneos, constituye una grave afrenta a la democracia en el hemisferio”, ha condenado.
Artículo elaborado por EM a partir de un teletipo de
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