Un juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ha ordenado la suspensión inmediata de la red social X (anteriormente conocida como Twitter) debido a la negativa de la empresa de nombrar un representante legal en el país. La medida, dictada por el ministro Alexandre de Moraes, se produjo después de que la plataforma incumpliera varias órdenes judiciales, entre ellas, el bloqueo de cuentas que se utilizaban para difundir mensajes de odio y noticias falsas.
El conflicto entre X y las autoridades brasileñas comenzó a escalar cuando Elon Musk, propietario de la red social, decidió cerrar la oficina de la empresa en Brasil el pasado 17 de agosto. Este cierre incluyó el despido de todos los empleados, incluidos los representantes legales, y fue justificado por Musk como una respuesta a lo que calificó como “exigencias de censura” por parte del STF. En este contexto, Moraes había advertido que, si la empresa no designaba un representante legal en Brasil, tomaría medidas drásticas, como la suspensión de la red social en el país.
La negativa de X a cumplir con las órdenes judiciales no solo fue vista como un desafío directo al sistema legal brasileño, sino que también provocó una respuesta inmediata de Musk, quien criticó duramente al gobierno brasileño en su propia plataforma. Musk calificó al régimen brasileño como “opresor” y acusó al juez de estar destruyendo la libertad de expresión con fines políticos. Estas declaraciones se producen en un contexto en el que Brasil es el sexto mercado más grande del mundo para X, con más de 21,5 millones de usuarios activos, lo que subraya la importancia de este conflicto.
La situación actual no es un caso aislado, sino que forma parte de un conflicto más amplio sobre la regulación de las redes sociales en Brasil. Tras la invasión del Congreso Nacional y del Tribunal Supremo Federal por parte de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro en enero de 2023, el STF, bajo la dirección de Moraes, ha intensificado las investigaciones y medidas contra la difusión de contenidos falsos y la posible financiación de grupos que amenazan la democracia brasileña. Moraes ha sido firme en su postura de que la libertad de expresión no debe confundirse con la libertad para incumplir las leyes o promover ideales antidemocráticos.
En respuesta a la negativa de X a cumplir con las órdenes judiciales, el 29 de agosto Moraes dio a la plataforma un plazo de 24 horas para designar un nuevo representante legal en Brasil. Al no cumplir con este requerimiento, la suspensión de la red social en el país se hizo efectiva, destacando así las tensiones entre las grandes plataformas tecnológicas y los gobiernos que buscan imponer normas legales sobre su funcionamiento.
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