El sábado, la campaña del expresidente Donald Trump informó que había sido víctima de un hackeo y sugirió que actores iraníes podrían estar involucrados en el robo y la distribución de documentos internos sensibles.
La denuncia fue realizada por el portavoz de la campaña, Steven Cheung, quien señaló que estos documentos fueron “obtenidos ilegalmente de fuentes extranjeras hostiles a Estados Unidos, con la intención de interferir en las elecciones de 2024 y sembrar caos en nuestro proceso democrático”. Esta declaración se produjo tras un informe reciente de Microsoft que advertía sobre intentos de agentes extranjeros por influir en la campaña presidencial de Estados Unidos.
Según Cheung, un grupo iraní asociado con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) habría enviado en junio un correo electrónico de phishing dirigido a un alto funcionario de una campaña presidencial. Aunque no identificó la campaña afectada en su informe, la campaña de Trump vinculó este incidente con la selección del candidato a vicepresidente por parte del expresidente.
Los documentos filtrados, que incluyen comunicaciones internas y un dossier de investigación sobre el compañero de fórmula de Trump, el senador de Ohio JD Vance, llegaron a la prensa a través de un correo electrónico anónimo enviado a Politico. La publicación confirmó haber recibido estos correos, pero no proporcionó comentarios adicionales al respecto.
Irán, por su parte, negó rotundamente cualquier implicación en los hechos. “El gobierno iraní no posee ni alberga ninguna intención o motivo para interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos”, declaró la misión iraní ante la ONU.
El Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos también emitió una declaración en la que expresó que se toma “extremadamente en serio” cualquier informe sobre interferencia extranjera y condenó cualquier intento de socavar la confianza en las instituciones democráticas del país. Sin embargo, se remitió al Departamento de Justicia para abordar las acusaciones específicas realizadas por la campaña de Trump.
La campaña de Trump no ha proporcionado pruebas concretas que respalden la implicación iraní, y el FBI, al ser consultado, se limitó a decir que estaba al tanto de los informes mediáticos y que no tenía comentarios adicionales en ese momento.
La Casa Blanca, por su parte, reiteró su condena a cualquier intento de interferencia en las elecciones estadounidenses, afirmando que la administración Biden-Harris está comprometida a proteger la integridad del proceso democrático del país.
Tu opinión
Existen unas normas para comentar que si no se cumplen conllevan la expulsión inmediata y permanente de la web.
EM no se responsabiliza de las opiniones de sus usuarios.
¿Quieres apoyarnos? Hazte Patrón y consigue acceso exclusivo a los paneles.