La presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, la socialista Carmen Calvo, se ha referido este lunes al concepto de género que, según ha explicado “es de donde quieren salir las mujeres”. “Es donde nos construyen”, ha reclamado la exvicepresidenta del Gobierno, para indicar que lo que las mujeres quieren es “nacer” y “construir cada quien su proyecto” según sus “posibilidades”, en “igualdad” y “con reconocimiento” en sus libertades “tan aceptadas como las de los varones”.
Calvo ha inaugurado las jornadas ‘Mujeres y Sociedad: metodología, cambios en los patrones de comportamiento y violencia sexual’ organizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
En su intervención, la diputada del PSOE se ha mostrado “bastante optimista” y “bastante contenta” ante el hecho de que “en materia de valores, comportamientos y fórmulas de convivencia, casi todos los grandes debates de los últimos años tienen que ver con la agenda de las mujeres”. “Es algo que veníamos buscando desde hace 200 años”, ha reconocido Calvo, ante de señalar que se trata de “un éxito de la lucha de las mujeres” y “de los demócratas en la democracia”.
Pero, a pesar de esta situación, Calvo ha advertido de dos peligros: la transformación del patriarcado con el objetivo de generar debates “en dirección contraria” a la mantenida por el movimiento feminista; y la entrada de debate moral en las cuestiones de la mujer para que “los avances sean más lentos”.
Y para explicar esta situación ha puesto como ejemplo la prostitución o los vientres de alquiler. Sobre la primera ha señalado que no se esperaba que “el pensamiento conservador acompañara la posición abolicionista” de esta práctica, teniendo en cuenta, según ha indicado, que “donde hay negocio hay comprensión absoluta”; pero aún ha sido más inesperada la “versión neoliberal y post moderna” que apoya la regularización basándose en la libertad.
LA MUJER “NO HA SIDO PROSTITUIDA POR LIBERTAD”
Un debate sobre la libertad que, para Calvo, “no se sostiene” ya que, según ha explicado, “en la historia” la mujer “no ha sido prostituida por libertad” y “los datos que se arrojan de violencia y sobre crimen organizado” en relación a esta práctica, “no remiten a la libertad”, sino “a los viejos usos del poder” en relación “al cuerpo y a la libertad sexual” de las mujeres.
A su juicio, esto es consecuencia de haber sido “portadoras de derechos y libertades” para las mujeres “sin que se conmovieran los pilares más profundos” del sistema y que se produzca, por ejemplo, un debate sobre este tema sin que nadie “esté planteando cambiar los roles sexuales” y se hable únicamente de esa libertad.
Lo mismo ocurre, según ha indicado, con los vientres de alquiler- Para Calvo, se trata de un “giro” tomado por el patriarcado después de que las mujeres consiguieran que la maternidad ya “no fuera un destino o un problema”. Entonces, ha indicado la exvicepresidenta, lo convirtieron en “mercado”.
LA “GRAN ESTRATEGIA” DE “HACER PERDER EL TIEMPO”
Calvo se ha referido también a lo que considera la una “gran estrategia” del patriarcado que es “la de hacer perder el tiempo” en materia de avances incluyendo, según ha señalado, “el debate moral” en estos asuntos. “Lo nuestro hay que meterlo en lo ético, así va mucho más lento, es pesado y difícil”, ha insistido.
La socialista lamenta que no se introduzca ese mismo debate sobre “ponerse un sueldo de 400.000 euros cuando no se quiere que crezca el Salario Mínimo Interprofesional” pero sí se aplique este aspecto a “las cosas” que reclaman las mujeres.
SOBRE LA JURIDIFICACIÓN DEL CONSENTIMIENTO
Los avances en derechos sin un cambio de pilares en el sistema se puede ver, según ha señalado la socialista, en la violencia que sufren las mujeres jóvenes y que, según ha señalado “no ha cambiado” porque, aunque haya roles que cambie, su combate “requiere una transformación del modelo” hasta el punto de “llevar la política y el derecho” a debates a los que, según Calvo, estos ámbitos “no han ido”.
La presidenta de la Comisión de Igualdad en el Congreso ha destacado, en este sentido, lo difícil que ha sido la “juridificación del consentimiento” que “ha abierto grandísimos, tremendos debates” porque “afecta a elementos que no son de la ortodoxia de la regulación y la praxis política” y en lo que predomina “la buena fe”.
Para Calvo, la buena fe “hace falta” y ha llamado a los varones a hacer “un giro de 180 grados” y entender que estos debates han sustituido a los económicos.
Finalmente, ha recordado que el feminismo solo se puede medir con el antiesclavismo y el movimiento obrero porque, según ha indicado, “las mujeres no son un colectivo”.
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