Cataluña votará de nuevo en unas elecciones anticipadas el 12 de mayo. Unos comicios donde el PSC espera conseguir la presidencia, y el independentismo se juega seguir teniendo un papel crucial en el futuro de la Generalitat. En esta ocasión el independentismo llega a la cita electoral en una situación de incertidumbre.
Por un lado, las elecciones generales han dejado a los partidos pro independencia con uno de los resultados más ‘flojos’ en este tipo de comicios de las últimas décadas, y por otro la posición de Junts ante la amnistía y los presupuestos podría suponer un cambio en el paradigma y la relación con respecto al resto del Estado de estos partidos.
En EM hemos recopilado cómo ha evolucionado el voto a lo largo de los últimos años en Cataluña y cómo ha ido variando el apoyo político al soberanismo y el independentismo.
Elecciones al Parlament de Cataluña
Desde la restauración de la democracia en España en 1978 y la aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1979, las elecciones al Parlament de Cataluña han experimentado una serie de cambios en términos de participación, ideología y representación política. En los primeros años, el panorama político estaba dominado por partidos que abogaban por una autonomía moderada dentro del marco español, como Convergència i Unió (CiU). Sin embargo, la participación electoral fue relativamente baja en comparación con las elecciones posteriores, ya que el sistema político aún estaba en proceso de consolidación.
Con el tiempo, el escenario político catalán se ha vuelto más complejo y polarizado, especialmente en lo que respecta al tema del independentismo. Desde finales de la década de 2000 y especialmente después de la crisis económica de 2008, ha habido un aumento en el apoyo a partidos que abogan por la independencia de Cataluña, como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya. La participación en las elecciones también ha aumentado, en parte debido a la elevada tensión política y social en torno al debate sobre la independencia. Este cambio ha llevado a una fragmentación del Parlament, con una amplia gama de partidos que representan desde el unionismo hasta el independentismo, pasando por opciones más ambivalentes o federalistas.
Evolución de representación en el Parlament
En los últimos años, la composición de las mayorías en el Parlament de Cataluña ha experimentado cambios notables, reflejando la creciente polarización en torno a la cuestión de la independencia. Durante mucho tiempo, Convergència i Unió (CiU) mantuvo una posición dominante, pero su influencia ha disminuido, dando paso a nuevas coaliciones y alianzas.
Desde aproximadamente 2015, la cuestión independentista ha sido un factor clave para la formación de mayorías, con coaliciones como Junts pel Sí y más recientemente Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) obteniendo una mayoría de escaños en el Parlament en favor de la independencia. Sin embargo, estas mayorías a menudo han sido frágiles y han requerido el apoyo de partidos más pequeños, como la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), para formar un gobierno estable.
Al mismo tiempo, partidos contrarios a la independencia, como Ciudadanos, Vox y el Partido Socialista de Cataluña (PSC), han ganado terreno, lo que ha llevado a un Parlament más fragmentado y a la necesidad de negociaciones más complejas para formar gobierno.
Evolución del independentismo
En los últimos 30 años, el movimiento independentista en Cataluña ha experimentado una transformación significativa, pasando de ser una corriente política minoritaria a ocupar un lugar central en el debate público y político de la región. Durante la década de 1990 y principios de los 2000, el independentismo era una posición sostenida principalmente por partidos más pequeños y sectores específicos de la sociedad. Sin embargo, tras la crisis económica de 2008 y la sentencia del Tribunal Constitucional de España en 2010 que recortó partes del Estatuto de Autonomía de Cataluña, el apoyo al independentismo creció de manera notable.
Este cambio se manifestó en una serie de eventos masivos, como las manifestaciones de la Diada, y en el aumento del apoyo electoral a partidos proindependencia como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya. La cuestión alcanzó un punto crítico con el referéndum de independencia de 2017, que, aunque no reconocido por el gobierno español, galvanizó aún más el movimiento. Desde entonces, el independentismo se ha mantenido como una de las fuerzas políticas más significativas en Cataluña, aunque también ha enfrentado desafíos internos y externos que han complicado su camino hacia la realización de sus objetivos.
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