China ha ordenado a sus aerolíneas suspender la recepción de nuevos aviones de Boeing, así como la compra de piezas y equipos relacionados de fabricantes estadounidenses. Esta medida se produce como respuesta directa a los aranceles del 145% que Estados Unidos impuso recientemente a los productos chinos.
La decisión afecta a al menos diez aviones Boeing 737 Max que estaban listos para ser entregados a aerolíneas chinas, aunque aún no está claro si podrán ingresar al país.
Este movimiento se enmarca en una escalada de tensiones comerciales entre las dos mayores economías del mundo. Tras los aranceles estadounidenses, China respondió con un gravamen del 125% a todos los bienes importados desde EE. UU.
La suspensión de entregas representa un golpe significativo para Boeing, que considera a China como uno de sus mercados clave a largo plazo.
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