Desde el final del verano, Cataluña domina el escenario político español. En estos meses se han sucedido los hechos a toda velocidad: la Ley de Transitoriedad Jurídica del Parlament; el referéndum convocado a su amparo; su suspensión por el Tribunal Constitucional; la celebración, a pesar de ello, del 1-O; los sucesos y las consecuencias del 1-O; la aplicación del artículo 155; la convocatoria de elecciones para el 21-D; la huida de algunos dirigentes catalanes y el encarcelamiento de otros…
Nos hemos preguntado si esta vorágine afecta a la evolución de las preferencias electorales y si ha afectado de manera diferente al electorado catalán y al del conjunto de España.
Para verlo tomamos el promedio de encuestas de Electopoll para el Congreso de los Diputados y para el Parlament de Cataluña:
Para el conjunto de España los efectos son moderados. A pesar de que quienes siguen de cerca las encuestas tienen a veces la sensación de que hay variaciones vertiginosas, lo cierto es que el promedio no muestra tal cosa. Si consideramos todo el período desde agosto hasta ahora, los dos partidos principales muestran una gran estabilidad. Si acaso hay un pequeño desgaste del Partido Popular, sorprendente teniendo en cuenta que en situaciones de “emergencia nacional” los gobiernos suelen capitalizar el apoyo social. No es este el caso. ¿Y por qué no lo es? La subida de Ciudadanos sí es importante y parece darnos la respuesta. Es el partido de Rivera y su “línea dura” contra el nacionalismo el que estaría rentabilizando el movimiento de “cerrar filas”. ¿Y quién paga las consecuencias, electoralmente? Unidos Podemos, sin duda, cuya posición más cercana al diálogo puede no haber sido entendida por una parte de su propio electorado.
El efecto conjunto de estos tres meses es un intercambio de posiciones entre Unidos Podemos y Ciudadanos, que puede ser reversible (o en cambio acelerarse) si las cosas cambian tras el 21-D. Poco más.
¿Y, mientras tanto, qué ha ocurrido en Cataluña?
El panorama electoral catalán es mucho más complejo, con siete grupos políticos compitiendo en dos campos a la vez: el eje derecha vs izquierda, y el más importante hoy por hoy: el independentismo vs constitucionalismo.
Aquí los efectos son más nítidos. Los constitucionalistas han ganado algo de terreno a los independentistas, aunque estos aún conservan una pequeña ventaja global. Pero lo realmente importante son los movimientos internos dentro de cada grupo:
- El sector constitucionalista ha ganado posiciones, pero el PP las pierde y cada vez con más rapidez. El PSC y sobre todo Ciudadanos están ganándole la partida, y los de Albiol retroceden a unos niveles que le harían perder toda representación parlamentaria en casi todas las provincias. Los constitucionalistas, por tanto, evolucionan hacia una posición según la cual “the winner takes it all”. El voto útil entre ellos puede ser muy grande en la recta final de la campaña, y las encuestas (aunque la población “diga” que no cree en ellas) serán decisivas para arrastrar a los electores hacia quien predigan como ganador.
- Entre los independentistas, que en conjunto bajan algo, ocurre justamente lo contrario. ERC, que partía con una enorme ventaja, está perdiendo parte de ella ante el empuje momentáneo de la candidatura de Puigdemont. No sabemos hasta dónde lleva este reequilibrio de fuerzas, pero está claro ya que ambas formaciones políticas serán relevantes en el nuevo Parlament. Habrá mucho menos “voto útil” entre ellas que en el bando opuesto. Por su parte la CUP mantiene una leve pero constante tendencia a la baja, pero muestra una clara resistencia a seguir bajando. El voto útil hacia ERC proveniente de la CUP puede haberse agotado ya.
- Por último, en la “tierra de nadie”, la candidatura de CeC-Podem sigue una evolución similar a la de Podemos para el conjunto de España, agravada por las dudas que han acompañado a estas siglas hasta el último momento. Los riesgos que padece esta lista son parecidos a los que soporta la del Partido Popular de Cataluña, aunque en este caso el beneficiado no sería Ciudadanos, sino otro u otros (¿el PSC, ERC, la CUP?).
¿Qué va a ocurrir tras la campaña electoral? No lo sabemos. Pero hoy por hoy éstas son las posiciones de salida, que marcan tendencias muy claras. A partir del día 5 de diciembre comienza la campaña y todo puede cambiar. O no.
Os lo contaremos aquí.
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