Cerca de 10 millones de cubanos quedaron este viernes sin corriente después de que el fallo en una subestación en La Habana desestabilizase el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y provocase el cuarto apagón total en la isla en menos de seis meses.
Cuba se encuentra sumida en una gran crisis energética, que es causa y efecto de su profunda crisis económica. La falta de inversión en el SEN y el deterioro de sus infraestructuras han agravado la situación desde mediados del año pasado.
Según el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y la Unión Eléctrica (UNE), la “desconexión” del SEN ocurrió sobre las 20:15 hora local (00:15 GMT del sábado), posiblemente por una avería en la subestación de Diezmero, en las afueras de La Habana. Esto provocó un efecto en cadena, con la salida de varias unidades de producción y el colapso total del sistema.
“Ya se trabaja sin descanso para su más pronta recuperación”, escribió en redes sociales el primer ministro, Manuel Marrero. Mientras, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, informó que a las tres horas del apagón ya funcionaban “microsistemas” en 11 de las 14 provincias.
Los últimos tres apagones nacionales en octubre, noviembre y diciembre de 2024 requirieron días de trabajo para restablecer el sistema, llegando incluso a la suspensión de la actividad laboral y escolar.
Por otro lado, el Ministerio de Turismo aseguró que el sector cuenta con un “respaldo energético sólido”, garantizando el funcionamiento de los hoteles mediante generadores.
Crisis energética crónica
El SEN está en una situación precaria debido a las frecuentes averías en sus siete centrales termoeléctricas, muchas con décadas de uso, y a la falta de combustible. Este viernes, el déficit energético previsto alcanzaba el 42% de la demanda, pero en febrero llegó hasta el 57%, la cifra más alta en dos años.
Expertos independientes sostienen que la crisis se debe a una infrafinanciación crónica del sector, bajo control del Estado cubano desde 1959. El Gobierno, por su parte, culpa a las sanciones estadounidenses.
Para paliar el problema, Cuba alquiló hasta siete centrales flotantes de una empresa turca, aunque actualmente solo queda una en el puerto de La Habana, sin explicación oficial.
Según estimaciones independientes, el país necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para modernizar el SEN, una inversión inalcanzable en el corto plazo.
Impacto económico y social
Los frecuentes apagones afectan gravemente a la economía cubana, que se contrajo un 1,9% en 2023 y no mostró crecimiento en 2024. El PIB sigue por debajo de los niveles de 2019, y para 2025 se espera solo un avance del 1%.
Además, los cortes eléctricos han generado un creciente descontento social, provocando protestas en diversas partes del país, como las del 11 de julio de 2021, el verano de 2022 y el 17 de marzo de 2024 en Santiago de Cuba.
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