Agosto termina con más desempleados que el mes anterior, y una evolución muy similar a la de otros agostos, pero partiendo de un nivel de desempleo mayor, y sin que la recuperación experimentada en el mes de julio haya tenido continuidad.

El volumen de contratación ha disminuido notablemente respecto a otros meses de agosto, y el parón del sector turístico que se ha producido tras la segunda oleada de casos ha supuesto un frenazo profundo en la senda de mejora que se había iniciado en el mes anterior.

Este mes la evolución del desempleo es bastante homogénea en todos los sectores económicos, después de que el impacto inicial de la pandemia lo padeciera sobre todo el sector servicios. Destaca sobre todo el incremento en las cifras de quienes no tenían empleo anterior: los jóvenes que se incorporan ahora al mercado laboral empiezan a sentir con fuerza el impacto de la situación.

Vamos a ver, las cosas claras, que cuando salen datos de estos mucha peña opina sin tener la más mínima idea:
– Cosa 1: los datos de personas en alta en Seguridad Social (odio la expresión «afiliación a la SS» casi tanto como «paraíso fiscal) en agosto no son malos. No son cojonudos, pero, con la que ha caído, no son malos.
– Cosa 2: Los datos de fin de agosto NO SIRVEN PARA MUCHO para entender que va a pasar en los próximos meses. Pour quoi? Porque agosto y junio son meses muy excéntricos en lo que a contratación se refiere, extraer lecciones es… difícil. Nos indican más bien poco. Por dar un dato: impacta más en el empleo en junio un atentado en Túnez, por ejemplo, que atraiga turistas que el hundimiento de un subsector de la economía, por ejemplo.
– Cosa 3: se reduce mucho el ritmo de salida del erte. Corremos el riesgo de que en octubre-noviembre ya apenas salga gente. Más preocupante PERO ESPERABLE en los sectores y zonas más jodidos.
– Cosa 4: ¿ahora qué? Pues ahora, esperar datos de Septiembre, que son los realmente importantes para entender cual va a ser el futuro del empleo y del pib en nuestro país.