Díez ofreció ascensos en la Guardia Civil a cambio de información contra la UCO

La militante socialista Leire Díez se reunió en al menos dos ocasiones con el comandante de la Guardia Civil investigado en el caso Koldo, Rubén Villalba, para solicitarle información sensible sobre los «elementos subversivos» del Cuerpo a cambio de ofrecerle protección judicial y gestionar su rehabilitación en el Instituto Armado.

EL MUNDO ha tenido acceso a las imágenes y al contenido del encuentro que Díez mantuvo con Rubén Villalba el pasado 10 de marzo en un restaurante de Leganés, que se extendió durante más de tres horas. Ambos se volvieron a ver en persona el 26 del mismo mes. Díez confirma la existencia de dichas citas y asegura que el motivo fue que quería “conocerle”.

La ex directora de Relaciones Institucionales de Correos hasta febrero de 2024 planteó a Villalba que, si le facilitaba información sensible de altos mandos de la Guardia Civil al frente de las grandes operaciones contra el PSOE, le garantizaría «un puesto próximo a la Dirección General como asesor». Además, le instó a prestar una declaración voluntaria urgente en la que incriminara a los referidos responsables, ya que, según Díez, la Policía Nacional abriría diligencias para investigar los hechos en un plazo de un mes.

Díez aludió constantemente a que «esto le interesa al PSOE» y a que «los de arriba en el Gobierno» están al corriente. Así consta en las actas del encuentro confeccionadas por el comandante investigado, que siguen un guion muy similar al encuentro que Díez mantuvo con otro investigado en una trama de hidrocarburos, Alejandro Hamlyn.

Durante la reunión, Díez planteó la existencia de un «sistema de escuchas ilegal» empleado por el Instituto Armado en algunas pesquisas y puso sobre la mesa la necesidad de «desmontar la Guardia Civil». Confesó que su estrategia pasa por «echar por tierra las causas judiciales» más comprometidas para los socialistas, aferrándose a este u otros elementos supuestamente ilegales.

Señaló al jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la UCO, Antonio Balas, como pieza primordial de su «operación de inteligencia». Este mando es responsable de las investigaciones que afectan a la mujer y al hermano del presidente del Gobierno, al fiscal general del Estado y a los implicados en el caso Koldo.

Díez afirmó tener a su disposición todas las diligencias de las operaciones de Hidrocarburos y Koldo, y en todas ellas identificó como nexo común al teniente coronel Balas y, en algunas, al coronel Manuel Corbí, ex jefe de la UCO. Añadió que Balas sería contratado por Repsol como responsable de la Seguridad Corporativa y que se planteaban frenar este fichaje o detenerlo una vez hecho efectivo para provocar una brecha reputacional a la compañía.

Díez también afirmó tener constancia de que hay mandos de la UCO que han recibido pagos de empresarios. Agregó que si el propietario de un célebre prostíbulo en el Paseo de la Castellana hablara, «muchos mandos caerían». Solicitó información sobre Víctor Aldama, la UCO y varios mandos específicos.

Intentó persuadir a Villalba diciéndole que está siendo utilizado como cabeza de turco. Le aconsejó un cambio de letrado y le ofreció tres opciones: reunirse con Fiscalía para contar la dinámica de funcionamiento de la UCO; colaborar con la Policía Nacional para destapar lo que la UCO y la Guardia Civil no están revelando; o convertirse en la mano derecha de la directora de la Guardia Civil para informar sobre lo que está pasando en las unidades referenciadas.

Díez expresó que la Policía va a empezar a investigar y que van a forzar que salga todo aquello que no está saliendo. Informó a través de un intermediario que la directora general del Cuerpo estaba informada de que «la reunión salió mejor de lo previsto».