Donald Trump, de regreso a la Casa Blanca: Una investidura marcada por la historia y la tradición
Este lunes 20 de enero, Donald Trump, de 78 años, tomará posesión como presidente de los Estados Unidos, logrando una hazaña histórica: regresar a la Casa Blanca después de haber perdido la reelección en 2020. Este hecho lo coloca junto a Grover Cleveland como los únicos mandatarios estadounidenses que han conseguido volver al poder tras un mandato interrumpido, un logro que no se repetía desde 1892.
Una transición pacífica tras años de tensiones
En contraste con el tumultuoso fin de su mandato anterior, esta transición ha sido sorprendentemente tranquila. Joe Biden, que deja el cargo tras un solo mandato, ha expresado su intención de respetar las tradiciones democráticas, en un gesto destinado a fomentar la unidad en un país profundamente polarizado. En un artículo reciente publicado en The Washington Post, Biden subrayó la importancia de un traspaso pacífico del poder, alineándose con las costumbres históricas de la democracia estadounidense.
Celebraciones previas al día de la investidura
El fin de semana previo a la ceremonia ha estado lleno de eventos con el sello personal de Trump. El sábado, el expresidente organizó una recepción en su club de golf en Virginia, acompañada de fuegos artificiales, mientras que el domingo visitó el Cementerio Nacional de Arlington para rendir homenaje a los caídos en la Tumba del Soldado Desconocido. Más tarde, encabezó un mitin de su emblemático movimiento MAGA y ofreció un discurso en una cena a la luz de las velas.
El día de la toma de posesión
La jornada del lunes comenzará con un servicio religioso en la Iglesia de San Juan, seguido de un té en la Casa Blanca. Sin embargo, las inclemencias del tiempo han obligado a trasladar el acto principal al interior del Capitolio, una medida que recuerda la investidura de Ronald Reagan en 1985, cuando las bajas temperaturas también modificaron los planes originales.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, administrará el juramento, una costumbre no obligatoria pero ampliamente respetada. Trump, con la mano derecha levantada y la izquierda sobre una Biblia sostenida por su esposa Melania, repetirá las 35 palabras establecidas por la Constitución: “Juro solemnemente que ejerceré fielmente el cargo de presidente de los Estados Unidos y que, en la medida de mis posibilidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos”.
Eventos posteriores a la investidura
Tras su juramento, Trump pronunciará su primer discurso presidencial de su segundo mandato, que se espera sea breve pero impactante, en línea con su estilo directo. Posteriormente, asistirá a un almuerzo ofrecido por el Congreso y participará en el desfile inaugural, que recorrerá la avenida Pensilvania hasta la Casa Blanca.
La noche concluirá con los tradicionales bailes inaugurales, incluyendo el del Comandante en Jefe, donde se espera que Trump dirija un mensaje de unidad a sus seguidores y al país en general. Sin embargo, la celebración dará paso rápidamente a las responsabilidades: la firma de órdenes ejecutivas, nombramientos y memorandos marcará el inicio de su nueva etapa en el Despacho Oval.
Una ceremonia para los estadounidenses
A diferencia de otros países, la investidura presidencial en Estados Unidos es un acto enfocado en el público nacional. Sin embargo, Trump ha roto con esta tradición al invitar a líderes mundiales a los eventos inaugurales, reflejando su interés en fortalecer su perfil global.
Con esta histórica toma de posesión, Trump no solo regresa al poder, sino que también reafirma su influencia en la política estadounidense, prometiendo un segundo mandato que, según él, será aún más trascendental que el primero.
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