Estados Unidos ha presentado una propuesta integral destinada a poner fin al prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania, restaurar la estabilidad regional y transformar el marco de seguridad en Europa. El plan introduce condiciones jurídicas, territoriales, militares y económicas que pretenden resolver de forma definitiva las raíces del conflicto y las ambigüedades heredadas tras la Guerra Fría, aunque con numerosas concesiones a Rusia.
Confirmación de la soberanía y seguridad de Ucrania
El corazón del acuerdo consiste en la confirmación internacional de la soberanía ucraniana. Quedaría consagrado mediante garantías de seguridad supervisadas por Estados Unidos, aunque los detalles sobre su alcance —la naturaleza de la protección y las condiciones para su activación— no han trascendido por completo. La propuesta incluye la limitación del tamaño de las Fuerzas Armadas ucranianas a 600.000 efectivos, lo que supone una reducción respecto a cifras actuales, pero sigue siendo significativamente superior a los niveles previos a la guerra.
Además, Ucrania se comprometería constitucionalmente a no ingresar en la OTAN y la alianza atlántica incluiría en sus estatutos una prohibición explícita para su futura adhesión. La OTAN, por su parte, se comprometería a no estacionar tropas en suelo ucraniano, mientras que cazas europeos reforzarían la defensa en Polonia.
Nuevo marco de seguridad entre Rusia, Ucrania y Europa
La propuesta contempla la firma de un acuerdo de no agresión íntegro entre Rusia, Ucrania y Europa. Todos los contenciosos de las últimas tres décadas serían considerados resueltos. Rusia se comprometería legalmente a no invadir países vecinos, y la OTAN renunciaría a nuevas expansiones. Estados Unidos mediaría en un diálogo Rusia-OTAN para abordar por separado todas las cuestiones de seguridad, crear mecanismos de desescalada y aumentar la cooperación y el desarrollo económico.
El pacto también renovaría compromisos en materia de control nuclear, prolongando tratados como el START I, y reafirmando el estatus de Ucrania como Estado no nuclear. La central nuclear de Zaporiyia operaría bajo supervisión internacional y su electricidad se repartiría equitativamente entre ambos países.
Reconstrucción y garantías para Ucrania
El plan prevé un paquete global de reconstrucción para Ucrania, financiado por activos rusos congelados y fondos europeos. Se crearía un Fondo de Desarrollo con foco en nuevas tecnologías e infraestructura estratégica, además de incluir medidas para la modernización de gasoductos, la rehabilitación de ciudades devastadas y el desarrollo de recursos minerales. El Banco Mundial coordinaría la financiación y Europa añadiría fondos de respaldo.
Estados Unidos concedería a Ucrania acceso preferencial al mercado europeo a corto plazo y se apoyaría su proceso de adhesión a la Unión Europea.
Reintegración económica y política de Rusia
A cambio del cumplimiento de sus compromisos, Rusia sería gradualmente reintegrada a la economía global y al entorno multilateral. El levantamiento de sanciones se negociaría por etapas y caso por caso. Rusia accedería a un acuerdo económico a largo plazo con Estados Unidos, con proyectos conjuntos en energía, inteligencia artificial y extracción de metales raros en el Ártico. El país recuperaría el acceso al G-8 y se destinarían fondos a iniciativas bilaterales que incentiven la estabilidad y la paz.
Solución territorial y compromisos legales
El acuerdo establece el reconocimiento internacional de Crimea, Lugansk y Donetsk como integrantes de Rusia, mientras que Jersón y Zaporiyia quedarían congeladas en la línea de contacto actual. El resto de territorios ocupados por Rusia se devolverían. Se crearía una zona neutral desmilitarizada en partes de Donetsk bajo precedente ucraniano, bajo supervisión internacional. Rusia se compromete a no impedir el uso ucraniano de rutas estratégicas como el mar Negro y el río Dniéper. Todo cambio de fronteras por la fuerza anularía las garantías de seguridad.
Derechos humanos, reconciliación y supervisión internacional
Se propone un compromiso activo contra el racismo, la discriminación y la ideología nazi. Programas educativos conjuntos buscarán promover la tolerancia y la protección de minorías; Ucrania adoptaría normativas europeas sobre derechos lingüísticos y religiosos. El acuerdo incluye cláusulas para la liberación de prisioneros, la reunificación familiar y la amnistía total para todos los implicados en el conflicto. El Consejo de la Paz, presidido por Donald J. Trump, supervisaría la implementación y sancionaría cualquier violación.

























































































































































































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