El brote de covid-19 que surgió en la comarca leridana se complica. Parece claro que su origen estuvo en la falta de control de los trabajadores temporeros que llegaron a la zona a principios de junio, para la recogida de la fruta. Sin un control médico a su llegada, probablemente asintomático, y sin ninguna revisión a posteriori, el "paciente cero" del rebrote, casi seguro un trabajador en condiciones precarias de alojamiento, contagió a algunas personas más, estas a otras y la Generalitat ya no pudo seguir la ruta de la enfermedad ni por tanto limitar sus efectos, con lo que la única solución fue el confinamiento de la comarca.
Pero el problema sigue de puertas para adentro, porque la movilidad interior en la comarca no se ha limitado y hay riesgo de que la detección de nuevos pacientes (se han detectado ya unos 200 afectados, pero habrá más, asintomáticos) acabe suponiendo un riesgo para los hospitales de la zona, sobre todo para el referente, el Arnau.
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Las acusaciones a la Generalitat arrecian. Se sigue sin nombrar un director general de salud pública y están quedando a la vista diferencias de criterio motivadas por razones políticas. Torra sería partidario de medidas más drásticas, incluso volviendo al confinamiento domiciliario, pero desde la alcaldía de Lleida (ERC) se intenta que no se tome esa medida porque supondría un segundo golpe, difícil de asimilar, para la economía local.
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En la esfera sanitaria, aunque de momento no hay saturación, si la situación se complicara en las próximas 48 horas, se empezarían a derivar enfermos fuera de la comarca, para impedir un futuro colapso hospitalario.
Mientras tanto, la situación en A Mariña lucense parece menos grave.
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Sin que el brote esté ni mucho menos resuelto, parece que el avance está siendo menos rápido que en Cataluña. El domingo se celebran elecciones autonómicas, y en la comarca hay movimientos ciudadanos que piden la suspensión del proceso, con recogida de firmas incluida. Sin embargo, la Junta electoral de Galicia asegura que no está en riesgo la celebración de las votaciones. Lo que ocurra entre este momento y el fin del primer plazo del confinamiento, que se cumple el viernes, será decisivo a la hora de saber si se toma alguna medida especial o, como se asegura hoy por hoy, las elecciones se celebrarán en la comarca con normalidad.
Pole
Bon día.
Creo que podemos ir descartando tranquilamente aquella hipótesis que afirmaba que el calor sería perjidicial para la propagación del virus.
Pues que se cierre Cataluña
Dos años con el virus, que nos vamos a tirar. Y la gente sigue comportándose como si no fuera con ellos en una regresión mental a febrero 2020.