Cuando todavía no conocemos con seguridad la fecha de las elecciones autonómicas catalanas a las que concurre como candidato por el PSC, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado oficialmente hoy su salida del ministerio.

La cercanía de la cita con las urnas, que, salvo que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña autorice su retraso al 30 de mayo, se celebrarán el 14 de febrero, ha forzado su salida del ministerio, ante la inminencia del inicio de la campaña electoral. La decisión final del Tribunal llegará el 8 de febrero, o quizás algunos días antes.

A Illa le ha tocado gestionar las dos primeras olas del covid-19, para dejar su puesto justo en el apogeo de la tercera. Aprendiendo sobre la marcha, ante un aluvión de críticas y reproches, ha gozado, sin embargo, de una presencia pública y una repercusión que hubieran sido inimaginables para el ministro de Sanidad cuando tomó posesión hace poco más de un año. Precisamente esa exposición constante le ha permitido convertirse, sin duda, en el político más conocido del país al margen de los primeros espadas de los partidos, y es lo que le ha valido, junto con su fama de calma, moderación y capacidad de negociación, la designación como candidato catalán.

Si, como parece, finalmente las elecciones se celebran el 14 de febrero, intentará aprovechar el tirón de su popularidad y esquivar las críticas a su gestión en medio cifras de contagios (y sobre todo de fallecidos) que muy probablemente serán crecientes a lo largo de toda la campaña electoral. Si, por el contrario, las elecciones acaban celebrándose el 30 de mayo, nadie puede predecir cuál será el efecto final de su candidatura, dada la constante variabilidad de la situación y la política española (y catalana).

En cuanto a las quinielas para conocer el nombre de su sustituto, no se aclararán del todo hasta las cinco y media de la tarde, hora en que el presidente del gobierno tiene previsto comunicar en rueda de prensa el nombre o nombres de los designados.

Si se cumplen los pronósticos, Carolina Darías llegaría a su nuevo cargo como ministra de Sanidad tras una larga trayectoria pública. Con 55 años, esta funcionaria de carrera del Cuerpo de Administradores Generales de Canarias, fue, desde su militancia socialista, primero concejal en Las Palmas, luego subdelegada del gobierno en la ciudad y más tarde diputada autonómica.

Siguió desempeñando otros puestos, cada vez de mayor peso, hasta alcanzar la presidencia del Parlamento Canario en la legislatura de 2015 a 2019.

Pedro Sánchez contó con ella como ministra de Política Territorial y Función Pública, cargo en el que lleva 55 semanas (desde el 11 de enero de 2020). Pasó el coronavirus en marzo, y a lo largo de estos meses ha tenido un papel creciente en asuntos de coordinación derivados de la pandemia, tarea que se ha intensificado en las últimas semanas, coincidiendo con los rumores sobre su designación, que finalmente se confirman hoy.

En cuanto al sustituto de Darías en Política Territorial, el nombre que más ha sonado es el de Miquel Iceta, quien propició la "operación Illa" al echarse a un lado y facilitar la candidatura del ministro de Sanidad para las catalanas. Iceta, de 60 años de edad, comenzó su carrera política como concejal en 1987. Subdirector del gabinete de Presidencia del gobierno en 1995, en tiempos de Felipe González, al año siguiente fue elegido diputado en el Congreso, donde se mantuvo hasta que, en 1999 llegó al Parlament, donde ha mantenido su escaño por más de 20 años.

Esta tarde se conocerán oficialmente los nombramientos, y, aunque parece difícil, no se descarta alguna sorpresa de última hora.