Rubino se pregunta constantemente si saldrá vivo de allí, si sus hermanos (capturados un año antes que él) continúan vivos, si sus padres están a salvo y si su madre habrá resistido el dolor de saber que sus hijos están en campos de exterminio. Pero, especialmente, se pregunta lo mismo que muchos hoy ¿por qué? Rubino, desde su fe, se cuestiona ¿por qué el buen Dios permite esto? el rabino Rosen le responde, Dios nos dio los 10 mandamientos, pero son los hombres los que han decidido ignorarlos.

 

No es un libro fácil de leer y no porque esté mal escrito, algunos ejemplos:

 

"Un convoy de Holanda lleva su carga de muerte. Se detiene después de haber pasado bajo el arco que lleva al campo (que es el arco que espero cruzar en sentido opuesto): las mismas escenas de desesperación, rabia, llanto; los niños, las mamás con los pequeños, los capos que golpean a los que se retrasan en bajar del vagón; alguno trata de coger su maleta, también es golpeado: pobre hombre, no sabe que está en Birkenau. La tarde anterior, el crematoria y la cámara de gas trabajan incesantemente, iluminando el campo con su resplandor siniestro y esparciendo pedazos de carne quemada".

 

"Llegó la selección. Consiste en ver quién ha llegado al último momento de su vida. Nos ponen en fila desnudos, fuera del barracón, y a medida que pasa el ángel de la muerte se intenta asumir un aspecto florido, Inflamos el pecho y las mejillas, pero el ojo experto y vigilante no se engaña. Oigo que el corazón se me para a la llegada del doctor. Toma el número de un polaco a mi derecha y el de un húngaro a mi izquierda. Esta vez estoy a salvo (por decir algo)".

 

"Yendo de barracón en barracón, Josef y yo pasamos junto a la Rampa, donde en ese momento estaba llegando un transporte de Francia, un transporte de niños. Enfrente del camino veíamos ropita y zapatitos, todo lo que podían llevar aquellas pobre criaturas: muñecas hechas de trapos y algunos juguetes; pero de los niños no había rastro. Pregunté a Josef dónde estaban. Me respondió mirando el humo y el fuego de los crematorios: "Míralos, allí están saliendo"