Tras décadas apartada de los terrenos de juego y otra sesquidécada de inmobilismo de la Xunta de Fraga, el 29 de diciembre de 2005 la selección nacional de Galiza volvió a jugar un encuentro internacional. Con el estadio de San Lázaro (hoy Vero Boquete) hasta la bandera y en un ambiente efervescente pese a la húmida niebla y el intenso frío, los gallegos se impusieron a toda una bicampeona mundial como Uruguay por 3-2. Nano y Deus, este por partida doble, pusieron los goles. La puntería flojeó un poco, pues pudo haber sido un resultado escandaloso. Muchos participaron en aquella resurrección, pero no fue menor el papel del director xeral de Deportes, Santiago Domínguez Olveira. En solo cinco meses, la llegada del BNG al gobierno de Galicia disolvió de un plumazo todas las imposibilidades históricas.
La alineación de aquel día estaba formada por:
Diego López (en activo todavía en el Espanyol y exmeta del Milan, Villarreal, Real Madrid o Sevilla, entre otros)
Otero (este fue uno de los dos capitanes y volvió medio año después de su retiro para la ocasión: fue subcampeón de Liga con el Valencia y de la Copa dos veces)
Rubén
Capi
Cabrejo (SD Eibar)
Borja
Ricardo Cabanas (un hijo de la diáspora nacido en Zürich cuya participación despertó particular ilusión; era el capitán del Grasshopper y titular con Suiza y después se fue a la Bundesliga)
Pablo Álvarez (Sporting)
Julio Álvarez (Real Murcia)
Nano
"Chino" Losada (Real Valladolid; jugó la serie de tres encuentros de la época del bipartito)
También jugaron Míchel Salgado (que entró pronto en sustitución de Otero), el portero Dani Mallo, el bigoleador Deus, Isaac, el trotamundos de La Masía Roberto Trashorras (ay, si no hubiese coincidido con Xavi), Corredoira, Dacosta, Juanito, Iago Bouzón, Viqueira (otro con calidad para dar y regalar), Noguerol, Jonathan Aspas (el hermano de Iago) y Roberto. Otro que faltó por edad fue el lateral Nacho, ya retirado. En el banco, el actual preparador deportivista Fernando Vázquez (céltico en aquellos momentos) y el mítico Zorro de Arteixo, hoy ya nonagenario.
Una de las curiosidades de aquel partido fue el rompedor de la camiseta, que imitaba una multitud de banderas al viento. Levantó en un primer momento algo de rechazo pero el tiempo hizo que se asumiese con normalidad. Hoy ha sido eliminada en favor de una zamarra blanca.