Público rescata un tema eternamente olvidado: los atentados terroristas de extrema derecha, durante la transición y más tarde durante la democracia. En este caso, y solo en Navarra, incluyen 3 asesinados y 1 desaparecido. Al igual que en -casi- todos los atentados de extrema derecha, jamas se han resuelto. La denuncia pero, es más profunda: se investigaron poco y mal y se cerraron rápido. Esto no hace más que aumentar las sospechas de apoyo y participación de policías en actos violentos. Y de apoyo y cobertura política y judicial a estos delitos.
En otras palabras: no hubo un solo GAL, sino muchos, y repartidos por toda la geografía. En este caso, en Navarra.
Me ha venido a la cabeza un caso paradigmático de esa no tan idílica transición a la democracia y que me impactó mucho cuando la descubrí. El caso Almería (1981), quizá uno de los más oscuros de nuestra democracia.
Tres jóvenes santanderinos que se dirigían a la comunión del hermano de uno de ellos fueron confundidos con un comando terrorista que acababa de atentar y detenidos en Roquetas de Mar e inmediatamente trasladados a un abandonado en el Cabo de Gata.
Sus cuerpos aparecieron dos días después, habían sido torturados, mutilados, acribillados y quemados. La Guardia Civil y el Ministerio del Interior trataron de tapar el asunto descalificando a las víctimas como delincuentes.
Finalmente sólo tres de los once Guardia Civiles que habían participado en la detención fueron condenados. El Teniente General, Castillo Quero, a 24 años por tres homicidios, el teniente, Gómez Torres, a 15 años y el Guardia Civil, Fernández Llamas a 12, se les aplicó también las atenuantes de cumplimiento del deber y de obediencia debida, además de ser expulsados de la Guardia Civil.
Cumplieron 9, 7 y 5 años de prisión efectiva en un régimen de absoluto privilegio, cobrando después una pensión a cuenta de los fondos reservados.
Eso fue en general la idílica transición que nos han contado. Un cuento que sólo se pueden creer los más incautos.
Hay muchos casos de asesinatos supuestamente perpetrados por policías que han quedado impunes. Este también fue terrible y se habla poco.
https://www.elmundo.es/cataluna/2020/10/05/5f7b6e12fdddff24528b4686.html
Se ve que la teta pública tampoco se ha preocupado de promover asociaciones de víctimas de este tipo de terrorismo, el terrorismo de estado, el más execrable de todos. Tampoco se ven peticiones constantes de petición de perdón y pasar por debajo de la mesa a las instituciones que lo protegieron y fomentaron. Y frente al vengativo alejamiento de presos, condiciones de privilegio, penas reducidas y pingües pensiones (cuando no también honores). Es que no os dais de cuén que una cosa son los terroristas malos y otra muy distinta los terroristas buenos.