Finalmente la situación se ha desbloqueado y Pedro Sánchez se ha ofrecido al rey para intentar la investidura, ofrecimiento que el rey ha aceptado inmediatamente.
Pedro Sánchez dispondrá de un plazo aproximado de un mes para hablar con todos y conseguir lo que él llama "un gobierno progresista y reformista". A preguntas de los periodistas no ha aclarado qué entiende exactamente como tal, de lo que se deduce que intentará llegar a acuerdos tanto por su derecha como por su izquierda, aunque de entrada el PP parece totalmente excluido. Los platos fuertes de la negociación serán, por tanto, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Pero hará falta más.
Según Sánchez lo primero será hablar de "programa, programa, programa", para, solo después, si es que hay un acuerdo, decidir si se constituye un gobierno exclusivamente socialista o hay que negociar repartos de carteras con otras formaciones políticas.
El mes de febrero va a ser muy movido.
Veamos. Sánchez sabe perfectamente que gobernar con C´s y Podemos es imposible. Pero ha dejado claro varias veces que eso es precisamente lo que pretende. Por tanto, lo que intenta con esa postura es intentar echar el muerto de un posible fracaso a quién no acepte ese cocktail. Esa es la razón por la que Pablo Iglesias se ha anticipado (una vez más) saliendo a la palestra antes incluso del encargo oficial del Rey para dejar claro que esa combinación es imposible, y fijar así las expectativas de todo el electorado de izquierdas. Es decir, PIT no sólo ha afirmado la posición de cara a un posible adelanto electoral, como tantos están interpretando. Hay algo más. Está dejando en evidencia que Sánchez quiere jugar a 2 bandas, una idea que ya no puede desprenderse de encima el líder del PSOE. Y eso es mucho más importante de lo que parece. Un político con personalidad no puede hacer ese cambalache a ambos lados sin arrojar su credibilidad a la basura. Lo primero que debe tener claro un presidenciable, no es tanto con quien hace los números, sino qué política quiere hacer, y dudar entre dos tipos de políticas que en lo fundamental son antagónicas, le deja en medio de una ambigüedad que le desacredita como líder de un país. Sabiendo las incompatibilidades que hay ya encima de la mesa, Sánchez sólo tenía una opción digna: optar por una de las dos claramente, y al menos estaría mandando un mensaje de tener claro lo que quiere hacer con España. Con su postura actual, sólo está dejando una cosa: Que quiere gobernar como O´Donell: con unos y sus contrarios. Se ha equivocado. Ese era el papel de Rivera, no el suyo.
Saludos
Pedro Sánchez tiene 30 días para formar gobierno, mientras tanto Rajoy permanece a la espera de lo que ocurra en el congreso del PSOE y el posible cambio de presidente, parece que esta contando con el fracaso de Sánchez a la hora de formar gobierno. Y es muy posible que así sea. Parece que los barones del PSOE no contemplarían como posible gobierno uno en el que Podemos tuviese varias carteras y la vicepresidencia. Diría que el resultado de la consulta a las bases se las van a pasar por los.....los barones pero ojo!, que ningunear a las bases puede afectar a los resultados del congreso y resulte ser una simple ratificación de Pedro Sánchez como presidente del PSOE. Y ahora mismo no veo a Sánchez invistiendo a Rajoy. En caso contrario, si Susana consigue dar el salto e imponerse a Sánchez en la presidencia del PSOE, a Rajoy le saldría la jugada perfecta. A Susana si que la veo por la labor de entenderse con el PP y C's.
Un chupito cada vez que oigamos en los próximos días la expresión "luz y taquígrafos".