Las filtraciones de las negociaciones que se están desarrollando entre PP y Ciudadanos para alcanzar un acuerdo de investidura, dejan un panorama abierto que puede acabar tanto con la firma de un acuerdo inmediatamente como con una ruptura de las conversaciones, aunque nadie parece querer entre los negociadores que algo así ocurra. Lo más probable ahora mismo, por lo tanto, es que ambas partes terminen por alcanzar un acuerdo a lo largo del fin del semana, aunque aún está todo en el aire.

En materia económica y de contratación el acuerdo es muy amplio ya, pero el mayor escollo consiste en la exigencia de Ciudadanos de destinar 7.000 millones de euros a materias sociales, que el PP rechazaría por motivos presupuestarios.

En materia de regeneración pública, algunas fuentes dicen que Ciudadanos habría conseguido acabar con el privilegio judicial de los aforamientos, aunque otras lo desmienten. También relacionado con el ámbito judicial, se da por hecho que doce de los veinte miembros del Consejo General, volverían a ser elegidos directamente por los propios jueces, como ocurría en los primeros tiempos de la transición, en lugar de que sea el Parlamento quien designe a todos ellos, como ocurre ahora.

Algunas propuestas estrella de Ciudadanos, como la eliminación del Senado o las Diputaciones, chocan frontalmente con la oposición del PP.  El partido de Rivera espera, al menos, algunos gestos de los populares en estos asuntos, aunque dan por perdida la batalla de fondo. Que consiguieran algún avance de peso sería, ahora mismo, una sorpresa.

En caso de conseguirse la firma, ambas partes deberán ponerse de acuerdo, también, en cómo escenificarla ante la opinión pública, sin que parezca una reedición del pacto Sánchez-Rivera, cosa que tienen difícil.

La solución, en las próximas horas.