Cierran los colegios electorales en Bielorrusia en unas elecciones presidenciales en que todos los augurios hace unas semanas pronosticaban la victoria del actual presidente, a pesar de la falta de encuestas y del ocultismo con que se desarrollan estos procesos en el país ex-soviético.

Alexander Lukashenko es presidente del país desde 1994, poco después de su acceso a la independencia, y la convocatoria electoral que finaliza hoy no parecía, a priori, que fuera a acabar con su cómoda trayectoria de elecciones presidenciales ganadas por amplísima mayoría y con constantes denuncias de fraude.

El único sondeo conocido en Occidente, difundido el 30 de julio, daba al presidente el 73% de los votos, aunque con una pequeña sombra: la opositora Sviatlana Tsikhanouskaya conseguía una cifra inusitadamente alta para los estándares del país: un 7,5% de intención de voto.

Desde entonces, los servicios de seguridad del país (aún llamados KGB) han informado de diversos intentos exteriores de "influir" en el resultado electoral. Se ha detenido a decenas de "activistas venidos de Rusia" que según las autoridades pretendían "modificar la voluntad del país".

Por si fuera poco, el papel de Tsikhanouskaya durante una fulgurante campaña parece haber puesto todavía más nerviosa a la estructura política del país, fuertemente intervenida. Hoy, día culminante de las votaciones, se ha producido repentinamente la "desconexión" de gran parte de los servicios de internet. La mayoría de los sitios web que se oponen al régimen de Alexander Lukashenko no están funcionando, y los servicios de mail y redes sociales tampoco están operativos, en la mayoría de los casos desde ayer por la noche.

Esta situación alimenta las dudas acerca de la limpieza del proceso. Se afirma en algunos medios que la marcha de las elecciones no sería del agrado del presidente, que habría ordenado "controlar las comunicaciones" para presentar luego unos resultados electorales "ordenados". En los últimos días, el gobierno de Lukashenko había realizado ya varios movimientos, deteniendo el sábado a la jefa de campaña de la líder opositora, y achancando todo, desde finales de julio, a un complot de opositores y mercenarios rusos para destruir el país.

La versión oficial del Centro Nacional de Respuesta a Incidentes Informáticos (CERT) es que se está produciendo una ola de ataques contra la infraestructura de la red de Internet nacional. El CERT asegura que se han atacado los sitios del Comité de Seguridad del Estado de Belarús (KGB) y el Ministerio del Interior de Belarús.

Los resultados de las elecciones, previsiblemente, no serán conocidos hasta pasados unos días, aunque las primeras encuestas a pie de urna le conceden casi el 80% de los votos.