Cuando todavía resuena el fracaso de su anterior proceso de destitución en septiembre, varios diputados han iniciado un nuevo proceso contra el presidente Martin Vizcarra por su implicación en el caso de corrupción de Lava Jato, el mismo que se cargó a Lula da Silva en Brasil y a muchos otros líderes políticos en varios países de Latinoamérica.
Según la fiscalía Vizcarra, siendo aún gobernador regional de Moquegua, habría recibido dinero de empresas constructoras, entre ellas la brasileña Oderbrecht, a cambio de la concesión de obras públicas entre el 2011 y el 2014.
Para que triunfe la “moción de vacancia” se requiere el apoyo de 87 o más diputados de los 130 con los que cuenta el Congreso. En el proceso de septiembre, por otros motivos, apoyaron la moción sólo 32, con 15 abstenciones y 78 rechazos.
El presidente Vizcarra comparecerá en el Congreso el próximo lunes, a sólo 5 meses de las elecciones presidenciales y en plena pandemia, que son los motivos alegados por algunos grupos parlamentarios para no apoyar la moción. De momento han adelantado que no respaldarán la moción Alianza por el Progreso (22 dip), Partido Morado (9 dip) y Somos Perú (9 dip).
La corrupción es uno de los grandes males de Perú. De hecho, todos los ex presidentes del país desde 1985 están condenados o imputados por diversos delitos: Alberto Fujimori (1990-2000) fue condenado por crímenes de lesa humanidad; Alejandro Toledo (2001-2006), espera su extradición desde EEUU acusado de recibir hasta 35 millones de dólares de Odebrecht; Alan García (1985-1990; 2006-2011) se disparó cuando la policía iba a detenerlo por el escándalo de la constructora brasileña; Ollanta Humala (2011-2016) podría enfrentar 20 años de cárcel por lavado de activos; y Kuczynsky (2016-2018), bajo arresto domiciliario, también fue acusado en el caso Lava Jato. Vizcarra, quien era el vicepresidente de Kuczynsky, está completando su mandato.