Tras más de 600 días con un gobierno en funciones y 463 desde las elecciones Bélgica sigue sin un gobierno en plena capacidad. Y el plazo se agota puesto que el 17 de septiembre vence la moción de confianza extraordinaria que obtuvo Sophie Wilmés (liberal francófona) para luchar contra la pandemia. Si para esa fecha no hay acuerdo es muy previsible que se convoquen elecciones anticipadas, que podría ganar la extrema derecha Vlaams Belang seguido de la derecha nacionalista flamenca NV-A.
Hace dos semanas el rey nombró un nuevo negociador, novena ronda ya, Egbert Lachaert, líder del liberal flamenco Open VLD, que ya obtuvo una prórroga a su mandato que vence este viernes.
Lachaert apuesta por una coalición Vivaldi entre democristianos, liberales, socialdemócratas y ecologistas, dejando fuera a los extremos: VB, N-VA y PTB-PVDA. Para ello consiguió el lunes reunirse con los líderes de CD&V, MR, Open VLD, PS, sp.a, Ecolo y Groen, faltando solo el democristiano valón cdH. Y manteniendo muchas dudas el también democristiano CD&V, que es necesario puesto que los partidos flamencos no alcanzan el mismo nivel de representación que los valones.