La canciller alemana, Angela Merkel, ha comparecido esta madrugada para anunciar el decreto de cinco días de confinamiento estricto entre el 1 y el 5 de abril, durante los cuales solo podrían abrir las tiendas de alimentación.
Se trata de un “freno de emergencia” que, además del cierre de comercios, incluye la prohibición de reuniones y comidas al aire libre y la cancelación de todos los oficios religiosos durante la Semana Santa.
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Además, todos los viajeros que regresen del extranjero tendrán que acreditar una PCR negativa para entrar en el país, lo que hasta ahora solo se exigía a quienes proviniesen de zonas de riesgo. Sin embargo, Merkel recordó que el Gobierno alemán “desaconseja en general todos los viajes que no sean estrictamente necesarios”.
La canciller se ha mostrado “muy preocupada” ante las nuevas variantes del virus, llegando a afirmar que “básicamente tenemos una nueva pandemia. En esencia tenemos un nuevo virus”.