El mastodonte constructor chino Evergrande ha anunciado finalmente que no puede pagar su deuda. Sus acciones han caído de golpe un 20 % y ya acumula unas pérdidas del 87 % en lo que va de año. El agujero es superior a un cuarto de billón de euros. Medios políticos y financieros chinos intentan hacer ver que el desplome es asumible y que no habrá propagación.
No llegará la sangre al río. Siguiendo "los consejos" del Gobierno Evergrande lleva varios meses vendiendo activos ( empresas de lo más variado, incluida una dedicada a diseñar coches autónomos) para hacer cash y reducir algo la deuda. Esta poda hace que el conjunto sea más manejable y apetecible comprar lo que quede. Porque su futuro parece estar claro: ir vendiendo activos ( edificios y terrenos), acabar de construir lo que tiene a medias y no empezar nada nuevo. En paralelo, otras inmobiliarias y financieras irán comprando filiales y viviendas al por mayor. Al final, lo más probable es que Evergrande sea liquidada legalmente, y sl Estado ( y algunos proveedores) asuman las deudas pendientes, que serán mucho menos de 250.000M€.
Veremos si el refrán ya ha cambiado a "si China se resfría, el mundo estornuda"