Muchos mirábamos Días de Cine, sí, pero sobre todo le escuchábamos a él. Sus píldoras de cinismo, humor y melancolía eran inigualables. Hubo un tiempo en el que no existía corrección política y Antonio Gasset Dubois decía lo que le salía de las pelotas.
Hay por la red varios recopilatorios. Tres de mis preferidas:
“Hasta el próximo programa. Sed buenos, y si por lo que fuera no podéis, seguid siendo malos, la diferencia es mínima”
“Aprovechen la pausa para revisar su agenda de amigos, encontrarán que han malgastado su preciado tiempo y paciencia en conocer a un montón de ineptos, no se corten, cojan un boli y táchenlos”
“Llegó el momento de la pausa publicitaria. Continuad si queréis en nuestra sintonía, gozando vosotros de las ventajas del hogar. Es decir, violencia doméstica, desconfianza mutua, hijos con tatuajes y salarios insuficientes. Nosotros, aquí, haciéndonos pasar por aficionados al cine. Es decir, todo un desastre"
Siempre me gustó sus comentarios ácidos