Hace dos días os comentábamos los incidentes en un mítin de la formación de Santiago Abascal en Sestao, donde varios objetos fueron lanzados a dirigentes de Vox presentes en el acto y que se saldó con la imagen de una diputada de la formación con la cara ensangrentada tras, supuestamente, recibir el impacto de una piedra en la ceja.

Desde entonces, la polémica saltó a las redes sociales por las posturas de solidaridad hacia la formación verde y también por la posición contraria, ya que había gente que cuestionaba si de verdad se habría producido el impacto o se trataba de un 'montaje' urdido por la formación para adquirir relevancia electoral y obtener el escaño por Álava, hasta entonces, en el aire.

Ayer, en el acto que la formación celebraba en Irún, la retransmisión en directo por parte de un controvertido canal de Youtube que se hizo viral por destapar las supuestas infidelidades de uno de los comentaristas políticos más conocidos del país, arrojaba una imagen de la misma diputada en la que se la veía sonriente y, aparentemente, sin marcas o secuelas visibles del impacto del día anterior.

Como no podía ser de otra manera, la imagen adquirió la misma relevancia en las redes y el debate posterior, como os imaginaréis, fue igual de acalorado.

Este incidente ha encendido una campaña que estaba pasando sin pena ni gloria, y es que al igual que ocurre con la campaña para Galicia, lo previsible de los resultados resta interés al seguimiento preelectoral, si bien en política nunca se puede dar nada por hecho, y si no que se lo digan a Susana Díaz que vió como la sorpresa de la noche electoral la dejaba fuera de la Junta de Andalucía.

Sea como fuere, no es más que un reflejo de la polarización existente en muchas capas de la sociedad en estos momentos, y está por ver a quién beneficia este hecho, si bien podría tener efectos colaterales no tan obvios como pudieran parecer. Lo cierto es que desde los tiempos de Zapatero, nunca una ceja fue tan comentada.