Menos mal. Nombrarle cónsul tras las recientes declaraciones que había hecho ha sido un tremendo error, y es lamentable que no se haya investigado a fondo el perfil de este hombre antes de darle el cargo.
Porque vale que un cónsul no es un embajador, pero no deja de ser un diplomático que representa nuestro país. Es inadmisible dar el cargo a alguien que va por ahí diciendo que somos un "paria internacional" y que nuestra política exterior es "una desgracia nacional", entre otras muchas perlas lamentables, que no sólo atacan a nuestra reputación, si no que también podían provocar tensiones diplomáticas (lanzó ataques contra Joe Biden, y contra varias entidades suprancacionales, como la OTAN).
No digo que, una vez ejerciendo su cargo de cónsul, no fuera a ser leal a España y a los intereses de ésta, pero una persona con ese historial puede generar rechazo en el ámbito internacional, y eso sería contraproducente a nivel diplomático.