A mí lo que me resulta acojonante es cómo una pequeña parte de los votantes se permite etiquetar a los demás como sustento de la "oligarquía" y bla, bla, bla.

En concreto, el 21,10% de los votantes, (aunque sean la mayoría de los que comentan aquí, en twitter o en cualquier otra red social) se empeñan en dividir el mundo entre ellos (los buenos, los castos, los honrados) y los demás (los malos, la casta, los podridos).

Pues bien. Esa no es la realidad. La realidad es que la mayoría quiere un gobierno tranquilo que mejore tranquilamente las cosas. No discursos populistas que vendan cambios imposibles basados en gastos públicos ruinosos.

Un año de éstos ese 21,10% se acabará de enterar. Un año de éstos dejarán de insultar al resto llamándonos de todo, y empezarán a entender que, simplemente, no creemos en lo mismo que ellos.

Y tenemos derecho, coño. Y no somos oligarquías ni leches.

Somos ciudadanos libres.