La tensión entre las dos repúblicas coreanas vuelve a repuntar tras anunciar Kim Jong Un que desde hoy se cortan todas las comunicaciones con Seúl incluyendo las líneas telefónicas entre los dirigentes.

Pyongyang responde así a una llamada al boicot del líder norcoreano por parte de un grupo opositor en Corea del Sur, que amenazaba con lanzar propaganda anti-Kim desde el lado surcoreano de la frontera entre estos dos países 'hermanos', utilizando globos. Este acto ha sentado muy mal a las altas esferas de Corea del Norte, y ha llevado a su líder supremo a dar un giro en las relaciones diplomáticas con su homólogo del Sur.

Kim Jong Un ha anunciado que considerará a Corea del Sur como un enemigo a partir de hoy, y eso implica el corte de toda comunicación con el país, incluyendo la línea telefónica securizada entre sus administraciones, donde se realizaban al menos dos llamadas diarias para intentar mantener una relación 'cordial' entre ambas divisiones.