CAPÍTULO 1 : El despertar de la fuerza
Mirando la pantalla del móvil no podía dormirme. Eran las 3:00 de la madrugada pero el nerviosismo seguía arrancándome del sueño. Su rostro, sus ojos, sus labios, todo de ella me venía a la mente.
Al final pude dormirme y el despertador sonó, como siempre, a las 7:00. Como un rito ceremonial al que nunca falto. Me duche, me afeité, me acicalé : Hoy era el gran día, el día en el que por fin estaría con ella.
Acaban de contratarme de secretario, una profesión poco usual entre los varones pero que no dudé en aceptar de inmediato en cuanto me ofrecieron la oportunidad. Llegué puntual y allí estaba ella, mi Diosa, el motivo de mis desvelos : Ayuso, la presidenta de la CAM.
- Pasa muchacho, no te quedes ahí.
- Con su permiso, mi presidenta.
- Jajaja, ¿Y ese acentillo?¿Andaluz, cierto?
- Jejeje, si, mi presidenta, Sevillano y Bético.
- Jajaja, adelante ponte cómodo. Empecemos a trabajar.
Desde siempre me había gustado, pero tenerla tan cerca era una sensación indescriptible. Llevaba una blusa abotonada, blanca, impecable, dejando entrever bajo ella dos jugosas protuberancias.
Para entoces mi mente ya había dejado volar la imaginación, y sin pretenderlo, y más siendo mi primer día trabajando con ella, me encontré con una gran erección.
- Muchacho, levántate y tráeme esa carpeta de allí.
- ¿Presidenta, no sería mejor que acabáramos primero con estos papeles?
- No te preocupes, puedo con todo, jeje. Anda, acércamela.
En un intento vano por disimular mi erección me levanté, pero ella, con esos preciosos ojos de muñeca, se percató rápidamente:
- ¿Muchacho, jajajaja, qué es eso que escondes en los bolsillos?
- Perdóneme mi presidenta, jeje, no... no ... no sabría qué decirle. Lo siento, si quiere que me vaya lo comprenderé. Esto es imperdonable.
- No te preocupes, muchacho, esas cosas pasan y no hay nada malo en ellas.
Aún con la erección, de repente perdí la vergüenza mientras ella, con sus papeles, se metía el boli en la boca mirando de reojo como intentando restarle importancia. Para aquel entoces, y quizá sin haberlo pensado demasiado debido al poco flujo de sangre que me llegaba al cerebro, decidí dar el único paso valiente que di en mi vida y le dije :
- ¿Te gustaría probarla?
Los segundos que quedaron entre mi pregunta y su respuesta me parecieron eternos, pero al fin, respondió:
- No sé, no sé, has sido un nene muy pero que muy malo. Te has empalmado con tu jefa y mereces un castigo.
El corazón se me iba a salir por la boca. Ver a mi Diosa así, tuteándome con esas palabras, eran como un sueño del que no quería despertar. La miraba y cuanto más la miraba, más ganas tenía de sentir su piel contra mi piel, metiéndome dentro de ella.
Se acercó hacia mí y empezó a desabrocharme el pantalón. Yo, mientras, hacía lo propio y le desabroché su blusa botón a botón, como si cada uno escondiera un delicioso manjar.
Su piel era preciosa y cuando todavía no había terminado de contar sus preciosos lunares, sentí su lengua sobre mi masculinidad.
- Oh, sí, mi presidenta, eres preciosa.
- Calla y disfruta, andaluz saleroso. Cuando termine me lo compensarás devolviéndome el favor. Dime, ¿A quién votaste?
Apenas balbuceando pude acertar a decir una palabra:
- VOX.
De repente dejó de satisfacerme, y desde abajo, con su cara angelical empezó a simular pucheros.
- Mi presidenta, eso fue antes de que ridiculizaras a Falconetti. Después de eso cambié de opinión. Verte destrozar a esos perroflautas es lo que más me gusta de ti. Pero por favor, prosigue...
- Has sido un nene muy malo, por partida doble, te toca, demuéstrame de lo que eres capaz.
Me agaché, le subí su falda negra y ajustada con mucho cuidado mientras le subía con mi lengua por sus muslos, una vez allí, agarré sus braguitas rojas con mucho cuidado y se las baje con la boca.
- Así me gusta, andaluz, ¿Qué serías capaz de hacer para satisfacer a tu presidenta?
- Todo, mi presidenta, todo, cierra esos ojos de Barbie y disfruta.
Empecé a practicarle un cunnilingus, con mucho cuidado y ternura, pero Ayuso no paraba de agarrarme la cabeza con más y más fuerza, y de repente, ella era la que marcaba el ritmo y yo me dejaba hacer. "Ring ring". Sonó el teléfono y para mi sorpresa, sin dejar que parase, ella contestó.
- ¿Qué quieres, Illa? ... Sí, los cojones voy a cerrar Madrid, tú me has visto cara de FraCasado o qué? Si me cierras Madrid te echo encima a todos los fachas para que acaben con todos tus sindicalistas muertos de hambre que no se lavan... Que sí que sí, que aquí se hace lo que yo digo, vete a leer a Descartes, filosofillo.
Durante esa llamada no dejé de excitarme. Ayuso, con ese temple castellano, fue capaz de poner en su sitio a un giliprogre de título inútil sin perder la compostura.
- Ohhhhhh sí andaluz, no usas mal esa lengua. Demuéstrame ahora el buen ritmo del que siempre hacéis gala los del sur.
- Encantado, mi presidenta, espero que no nos molesten otra vez, jeje, además, no quisiera ser un estorbo...
- ¡Para nada, ven para acá!
Con sus brazos me agarró de la cintura y pronto me vi encima de ella en un sofá de cuero negro bastante espacioso.
- Penétrame y terminemos con esto, quiero verte acabar dentro de mí.
- Por supuesto, mi presidenta.
Mis embestidas cada vez eran más fuertes pero notaba que cuanto más fuertes eran, más disfrutaba ella. Algo cansado ya empecé a bajar el ritmo pero ella me agarró al instante mis glúteos y me ayudó a seguir el ritmo.
- Oh sí, andaluz, oh sí, dime, dime ahora si tienes huevos que seguirías votando a VOX...
- Mi presidenta, jamás, jamás otra vez, ufff, ohhh, ya sabes que, ya sabes que tú...
No pude terminar la frase cuando ya había eyaculado dentro de ella, mientras ella, gimiendo, daba a entender que había alcanzado el climax.
- oh Dioooos, andaluz, he estado con muchos hombres pero tú, sin duda, eres especial.
- No digas eso mi presidenta, estás acostumbrada a codearse con grandes....
Aún no había terminado la frase cuando con un beso me calló.
- Anda, sé un niño bueno y termíname el papeleo que teníamos pendiente. Tengo que hablar un asuntillo con la basura andante de Pedro Sánchez.
- Mi presidenta, si te molesta o te habla fuera de tono, pídeme lo que sea, estoy en la otra habitación.
- Jajaja, no te preocupes mi andaluz saleroso, esa mugre comunista estará besándome los tacones antes de una hora. Anda rey, nos vemos luego.
Con otro beso me despidió. Cuando me levanté ese día jamás hubiera pensado la suerte que tendría, mi presidenta, mi Diosa, se entregó a mí, y yo, feliz con el acontecimiento, reía mientras de fondo escuchaba su preciosa voz insultando al basuro de Falconetti.
CAPÍTULO 2 : Pactando a dos bandas
Habíamos pasado días muy duros. El enfrentamiento entre los perroflautas del gobierno y mi presidenta no cesaba, a pesar de que ella le había humillado públicamente con el revés judicial. Y para colmo, Sanchinflas había impuesto un estado de alarma para aprisionar a los pobres madrileños que desde hace décadas le negaban el gobierno de la CAM. Era una jugada de mal perdedor, pero yo, ajeno a toda esa situación, no podía dejar de pensar en ella.
Por supuesto no volvimos a tener sexo, y eso me mataba por dentro. Cada vez que la escuchaba, la veía o le hablaba, dentro de mí se hacía aún más acuciante la necesidad de poseerla...Parecía, en mi ya buena adultez, que volvía a esos tiempos de instituto donde pude sentir esa sensación de la forma más genuina posible.
- Toc toc, ¿Se puede?...Oh, disculpe presidenta, no sabía que estaba reunida.
- Jeje, no, adelante, pasa, sólo me hacían una visita.
Cuando entré pude distinguir mejor esas figuras. Eran Manuela Carmena con una cesta de magdalenas y su ahijado el Millhouse, que sentado en esa silla parecía un alumno gilipollas.
- Niño, cédeme el asiento que soy mujer - Dijo Carmena.
- ohhhh...Disculpe Alcaldesa este micromachismo - Respondió Errejón tembloroso.
- Y bien, ¿En qué puedo ayudarte Carmena? Imagino que después de perder la alcaldía tendrás mucho tiempo libre - Dijo Ayuso con sorna.
- Jeje, Pues mira, como tengo bastante tiempo libre he venido a entregarte estas magdalenas para que te recuperes del disgusto del Estado De Alarma - Respondió Carmena aún con más sorna.
La tensión podía palparse. Clavé mi mirada en mi presidenta esperando la peor de las reacciones, pero para mi sorpresa, no fue así:
- Jeje, muchas gracias por el detalle, Carmena. Ahora si no te importa, tengo asuntos serios de presidenta en activo que atender - Dijo Ayuso contratacando.
- Bueno, que así sea. Marcho que tengo que rematar un asuntillo con Errejón y mi, digo, nuestro partido. Niño, ábreme la puerta que soy mujer - Exclamó Carmena con tono amenazante.
Por fin nos habíamos quedado solos. Tenía miedo que lo que ocurrió la última vez fuera eso, una única y última vez. Así que casi trabándome y descuidando mi puesto de trabajo le pregunté :
- Mi presidenta, no dejo de pensar en lo del otro día. No sé si volverá a repetirse, pero quiero decirle que puede contar conmigo para cuando lo necesite. Sé que está pasando días con mucha tensión, sepa que aquí estoy para lo que haga falta.
- Jajajaja, ¡Voxero tenías que hacer sido! ¡¿Por qué me sigues tratando de usted si el otro día me comiste el coño?!
- Presidenta discúlpeme, digo, discúlpame, son los nervios jeje.
- Tengo una horita libre hasta que venga la vicealcaldesa Villacís, cierra la puerta.
Su tono de voz me lo decía todo, así que me apresuré a cerrar la puerta con la mayor velocidad posible sin que se notara mi total desesperación. Mi presidenta, juguetona y quitándose la blusa y el sujetador, se me acercó y dijo:
- Oh sí, voxero cabrón, cómeme las tetas, lámelas como si fueras un perro...
Estaba muy excitado. Y mientras mis babas caían por sus pechos y pezones rosados, ella se apresuró a meterme la mano en el pantalón para estimularme.
- Dime, fachita, ¿Tiene ese amigo tuyo Abascal estas jugosas peritas? Ten cuidado con lo que respondes, recuerda lo que tengo entre las manos...
- Por supuesto que no mi presidenta, eres una Diosa y Abascal es un mugremita...
- Uhmmmm, sabes qué responder en todo momento a una mujer de mi posición...
Complacida por mis palabras y mi lengua, y con los pechos aún al aire me cogió de la mano, y mientras me llevaba cerca de la pared, se puso contra ella y exclamó:
- ¡Demuéstrame lo que dice el negro de VOX, demuéstrame que sólo los de derechas sabéis empotrar!
- Pero mi presidenta ... La pared tiene gotelé, te voy a hacer daño...
- El dolor me excita, méteme la polla hasta el fondo y empótrame de tal manera que entre la pared, yo y tú, no quepa ni la paupérrima intención de voto de MásPaís.
Le metí mi miembro y con dureza la embestía hasta tal punto que sus gemidos no me dejaban escuchar las caceroladas contra el gobierno de los BorjaMaris. En el momento de mayor climax cuál fue mi sorpresa que apareció sin llamar a la puerta y entrando como Pedro por su casa la vicealcaldesa Villacís:
- ¡Pero bueno so puta! ¿Y esta sorpresa? Jajaja, qué calladito te lo tenías - Exclamó Villacís sorprendida.
- Sí claro, como para contártelo, con lo que te gusta a ti el jaleo, jajajaja, ¿Llegas muy pronto, no? - Respondió Ayuso con total normalidad.
Allí estaba yo, desconcertado, con el miembro erecto apuntando a Villacís sin saber qué hacer, viendo, cómo una situación que debía ser vergonzante, para ellas era lo más normal del mundo. Pero eso no era todo, la situación iba a dar un giro mucho más inesperado de lo que yo nunca podría imaginar.
- ¿Puedo probarlo, zorrona? - Preguntaba Villacís con mirada lasciva.
- Adelante, es buena cosecha, seguro que te gusta. ¿Ves las marcas de mi cara? Me ha empotrado contra la pared como un buen derechoso hijo de puta.
Mi miembro permanecía erecto para mi asombro. Y como si fuera un muñeco manejado por la voluntad de aquellas dos mujeres, de pronto me vi dentro de la boca de Villacís. Tenía una boca preciosa y grande, con grandes labios también. Su técnica era exquisita, y podía introducirse entera mi masculinidad sin ningún problema. Incluso tenía la sensación de que en esa gran boca podría caber mucho más, de izquierda a derecha. Mi presidenta mientras me masajeaba los hombros y me besaba.
- Mi presidenta, no sé yo si esto está ...
- Calla y disfruta, recuerda que el favor nos los haces tú a nosotras.
No pude más y eyaculé dentro de su boca, pero ella ni se inmutaba y seguía absorbiendo. Me dejó vacío, sin nada, y no terminó hasta que mi miembro cayó por su propio peso. Mientras Villacís se relamía, concluyó:
- Tenías razón, putángana, es muy buena cosecha. ¿Imagino que lo compartirás, verdad? - Preguntó Villacís.
- Sólo si él quiere, nos ha salido exquisito el muchacho, resulta que es voxero - Respondió Ayuso.
- Por supuesto presidenta, aunque ya sabes que mi prioridad eres tú - Respondí.
- Jajajajaja, qué perrillo más obediente te has agenciado, mis felicitaciones, los míos no son así - Respondió Villacís casi con pena.
Ayuso y yo nos vestíamos de nuevo mientras Villacís, mirando a un pequeño espejito de bolsillo, se pintaba los labios aún calientes de mí. Cuando todos estábamos preparados, salimos de la habitación y tras caminar unos minutos, nos encontramos con Almeida, a quien Villacís besó con efusividad quizá entregándole algo de mí, cuando pensé: "Oh Dios, ¡La propiedad transitiva!".
¿ Qué pasará en el siguiente capítulo ?
Ayuso descubre que podría estar embarazada de su secretario y Villacís los sorprende en pleno acto ...
Todo esto y mucho más, no te lo pierdas.
Qué quieres que te diga, todo esto suena muy incel...
Sólo espero que en la segunda parte aparezcan Errejón y Carmena decidiendo el futuro de Más País.
Qué fuerte!! la verdad es que Errejón le trae un aire al niño polla ?
Por cierto, @Don_Santiago, eres bueno escribiendo relatos eróticos... desterrando tópicos de que los hombres no pueden escribir cosas sofisticadas y eróticas de esa manera. Aunque si te diriges a un público masculino, creo que tendrías que ser algo más cañero 😆
Ya tenéis el segundo capítulo disponible. Acepto sugerencias de todo tipo.
Pero qué maravilla es esta por parte de mi facha de mierda favorito?
¡Maldita propiedad transitiva!
Ojalá el covid no acabe nunca para no tener que dar la mano jamás a Almeida.
@donsantiago1939 Podrías hacer como una saga sacando como interactuan las de distintos partidos entre ellas por estar aliadas o el morbo de como han podido ascender al poder alguna de las políticas más conocidas de España como Irene Montero, Macarena Olona, o las mismas dos protagonistas de este relato, metiendo a los tios que son los líderes del partido por el medio para ver si son válidas jeje
Ayuda q hago viendo esta cosa d hace 1 año me lo he leido todo necesito un terapeuta 😰
Parte 3 pls