El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador considera el 20 de agosto como una “posible fecha” para convocar las elecciones presidenciales y legislativas, que deben celebrarse después de que el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, disolviera por decreto la Asamblea Nacional el miércoles pasado.
Así lo han anunciado hoy los principales dirigentes del CNE, la presidenta Diana Atamairn y el vicepresidente Enrique Pita, durante una serie de entrevistas a los medios en las que han admitido que todos los plazos deberán ser “ajustados” según lo establecido por la Constitución. De hecho, el Consejo tiene que anunciar la fecha de la votación en menos de siete días, y esta se debe llevar a cabo en un plazo máximo de tres meses.
Sin embargo, la Constitución no especifica un plazo para una posible segunda vuelta en las elecciones presidenciales en esta situación excepcional. Atamairn ha señalado que, en caso de haber una segunda vuelta, esta sería en principio el 20 de octubre.
El miércoles, Lasso hizo uso de una disposición constitucional conocida como ‘muerte cruzada’, por la cual el Parlamento queda disuelto, pero también se pone en juego su continuidad. El presidente y los diputados que resulten elegidos en las próximas elecciones no comenzarán un mandato completo, sino que deberán concluir el que ya está en curso, hasta 2025.
El presidente argumentó que Ecuador estaba inmerso en una “grave crisis política” debido a la actividad de la Asamblea, que ya había iniciado un proceso de juicio político contra Lasso por acusaciones de presunta corrupción.
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