Este 24 de febrero se cumplen dos años del inicio de la guerra de Ucrania. Y es también el aniversario de la dimisión de facto de Pablo Casado. Esa misma madrugada de 2022 los ‘barones’ territoriales del PP negociaban con el entonces líder del partido su salida de la Presidencia en una intensa reunión de más de cuatro horas con la que se ponía fin a la ‘era Casado’ mientras Alberto Núñez Feijóo era ungido para tomar las riendas de la formación.
La guerra soterrada entre la cúpula del PP liderada por Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, venía de lejos pero implosionó a mediados de febrero de 2022 de forma virulenta con acusaciones de supuesto espionaje y corrupción.
Casado exigió entonces a Ayuso aclarar si su hermano recibió 286.000 euros en comisiones por mediar en un contrato de mascarillas en plena pandemia, mientras la presidenta madrileña acusó a ‘Génova’ de vincularla con la corrupción sin pruebas. Meses después, la Fiscalía archivaría esa investigación a Tomás Díaz Ayuso.
GRITOS DE CASADO DIMISIÓN A LAS PUERTAS DE GÉNOVA
El domingo 20 de febrero de 2022 marcó un punto de inflexión en la historia del partido. Más de 3.000 personas se manifestaron frente a la sede de la calle Génova pidiendo la dimisión de Pablo Casado y Teodoro García Egea, su secretario general, mientras coreaban ‘Ayuso presidenta’.
A partir de ese momento, comenzaron las deserciones en cadena del círculo más cercano de Casado y crecieron las voces que pedían tanto la dimisión de García Egea –lo hizo finalmente el 22 de febrero– como la convocatoria de un congreso extraordinario para buscar una salida a la profunda crisis interna del partido.
Tras despedirse en el Congreso de los Diputados durante su último duelo parlamentario con Pedro Sánchez el 23 de febrero, Casado esa misma noche se reunió con los ‘barones’ del PP, en un encuentro que se rebeló por parte de algunos de ellos como un “ajuste de cuentas” hacia el todavía líder ‘popular’, según fuentes próximas al exlíder ‘popular’.
Los presidentes del PP apoyaron como sucesor a Feijóo, con cuatro mayorías absolutas a sus espaldas en la Xunta de Galicia, al tiempo que accedían a que Casado siguiera en el cargo hasta el congreso extraordinario de Sevilla de los días 1 y 2 de abril, donde pronunció su última intervención política.
NUEVA VIDA PROFESIONAL
Dos años después de aquella profunda crisis que dejó muchas heridas, fuentes de su entorno confiesan haber abierto otra etapa. “Hemos pasado página”, asegura una de las personas que acompañó a Casado hasta su despedida y que no cree que tenga ninguna intención de volver a la política.
Otras fuentes de su equipo de entonces admiten que Casado está “contento” con su nueva vida profesional, vinculada a un fondo de tecnología y defensa en el que se ha rodeado de “un equipo potente”. Ha sido un “cambio de vida”, no solo de trabajo sino también de domicilio. “Incluso cambió de colegio a sus hijos”, confiesan fuentes próximas al expresidente del PP.
Fuentes de su entorno defienden la lealtad al partido de Casado. “Se ha portado como un señor y no ha hecho ningún amago de contar nada porque no quiere hacer daño a su partido”, asegura una persona de su círculo, que subraya que dada su condición de antiguo presidente del partido dispone de “mucha información”.
“Ha callado muchas bocas con su comportamiento”, subrayan las fuentes consultadas. Las heridas más difíciles de cerrar son las personales porque se sintió “decepcionado” con personas que él había nombrado y que luego “saltaron del barco”, añaden.
RELACIÓN “NORMAL” CON FEIJÓO
Fuentes próximas a Casado aseguran que tiene un relación “normal” con Feijóo, con el que se escribe de vez en cuando. En febrero del año pasado, justo en el primer aniversario de la crisis del PP, ambos mantuvieron un almuerzo juntos en un céntrico restaurante en las inmediaciones del Senado que trascendió después de ser captados por medios gráficos.
El expresidente del PP se mantiene alejado de la vida política aunque mantiene relación con dirigentes de diferentes formaciones como se vio este verano en el tradicional ‘civet’ de Luis Conde, fundador de Seelinger y Conde, que reunió en su masía de la Fonteta (Girona) a más de 400 personas entre empresarios y políticos.
Allí acudió este pasado año Casado, acompañado de su mujer Isabel Torres, un encuentro al que también asistieron los ‘populares’ Cuca Gamarra, Fernando López Miras o Ana Pastor; el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; el expresidente de la Generalitat Artur Mas; el presidente del PNV, Andoni Ortuzar; o el exportavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, entre otros.
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