Un estudio de Sociométrica para El Español radiografía el estado de la opinión pública española sobre el dictador Francisco Franco medio siglo después de su muerte. Los resultados muestran un país dividido, con percepciones enfrentadas por edad, ideología y memoria histórica. Aunque el rechazo al franquismo es mayoritario, las nuevas generaciones exhiben una visión menos homogénea y más ambigua que quienes vivieron la dictadura o la transición.
Apoyos y rechazos: una división estructural
La encuesta muestra que el 35,9% de los españoles afirma estar “a favor” de lo que supuso Franco para España, mientras que un 55,5% se declara “en contra”. Este rechazo es mayoritario en prácticamente todas las franjas de edad excepto en un dato clave: entre los menores de 35 años se produce un empate, reflejando una percepción generacional profundamente distinta de la de sus mayores.
La encuesta evidencia también interpretaciones muy dispares del franquismo: un 43% describe al dictador como un “dictador sanguinario”, pero el 45% de los jóvenes de menos de 35 años lo consideran “un dirigente adecuado para un momento convulso”. Esta fractura generacional es uno de los hallazgos más relevantes del estudio.
La construcción del personaje: astuto, manipulador, cruel y patriota
Más allá del juicio histórico, la encuesta mide los atributos que la sociedad asocia al dictador. La imagen resultante es abrumadoramente negativa en la mayoría de características evaluadas. Un porcentaje muy elevado de los encuestados le considera:
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Astuto (66,6%)
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Manipulador (63%)
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Cruel (60,6%)
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Vengativo (59,9%)
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Patriota (53,3%)
El retrato dominante es el de alguien capaz, duro, calculador y emocionalmente vengativo. La combinación de rasgos sugiere una figura percibida como eficaz en términos estratégicos pero profundamente autoritaria en lo moral y político.
Franco comparado con Hitler y Mussolini: empate técnico
La sociedad española se divide incluso ante comparaciones históricas más amplias. Según el sondeo, el 48% considera que Franco fue equiparable a Hitler y Mussolini, mientras que el 50% cree que la comparación no es adecuada. La igualdad demuestra que la figura del dictador español continúa siendo un elemento de disputa simbólica y política.
Por qué Franco murió en la cama: dos grandes explicaciones
Cinco décadas después, persiste el debate sobre los motivos que permitieron que el dictador permaneciera casi 40 años en el poder. El estudio recoge dos grandes interpretaciones:
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46%: por la represión y el temor a otra guerra, especialmente entre los mayores de 60 años y los votantes de izquierdas.
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43%: por la conformidad social y el desarrollo económico durante la etapa final del régimen.
De nuevo, dos narrativas enfrentadas: una basada en la coerción, otra en la estabilidad económica.
Memoria histórica: las heridas que no cierran
Para un 53% de los españoles, las heridas de la Guerra Civil “no están cerradas”. Pero el estudio destapa un dato inesperado: no son quienes vivieron el franquismo, sino la generación criada en democracia, la que más lo cree. Entre los jóvenes, el porcentaje sube al 64%.
Este sentimiento se acompaña de un diagnóstico político: el 52% considera que mantener vivo el recuerdo del franquismo “favorece a la izquierda”, y que por ello se “fomenta” su presencia en el debate público. Al mismo tiempo, el 49,7% cree que la memoria de Franco continúa condicionando la vida política española.
Exhumaciones, Ley de Memoria y los actos de Sánchez
En lo referido a políticas públicas sobre memoria histórica, la opinión es más compleja:
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68% apoya la exhumación de fosas del franquismo.
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61% rechaza los actos del Gobierno de Pedro Sánchez relacionados con Franco.
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50% rechaza directamente la Ley de Memoria Democrática.
Es decir, existe un apoyo amplio a la reparación individual de víctimas, pero no tanto a las iniciativas institucionales del actual Gobierno.
Asimismo, solo un 35,3% considera adecuado conmemorar el 50º aniversario de la muerte de Franco, un rechazo generalizado a la celebración pública del aniversario.
Conclusión: una figura que sigue dividiendo a España
Este sondeo de Sociométrica revela que la figura de Franco continúa siendo una línea de fractura política y generacional. Mientras que las generaciones mayores mantienen un rechazo firme y homogéneo a la dictadura, las generaciones más jóvenes muestran percepciones más equilibradas —e incluso contradictorias— entre el rechazo moral, la percepción de eficacia en un contexto histórico convulso y el desconocimiento histórico que diagnostican numerosos expertos.
A falta de consensos, lo que sí refleja el estudio es que el debate sobre Franco, lejos de apagarse 50 años después, sigue completamente vivo en la sociedad española.

























































































































































































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