El primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha recurrido este lunes formalmente el artículo 49.3 de la Constitución para sortear el bloqueo de la Asamblea Nacional a su ley de presupuestos para la Seguridad Social, lo que deja el futuro de todo el Gobierno en manos de una oposición que ya ha anunciado una moción de censura.
Barnier, que ha defendido su voluntad de diálogo tras las concesiones hechas en los últimos días –este mismo lunes ha accedido a retirar los recortes en el programa de reembolso de medicamentos–, ha apelado a la “responsabilidad” del resto de partidos para garantizar la estabilidad política.
“Los franceses no nos perdonarían que antepongamos los intereses particulares al futuro de la nación”, ha dicho el primer ministro desde la tribuna de la Asamblea Nacional, en una sesión tensa de la que se han salido antes de tiempo diputados de la izquierda. Barnier ha insistido en que el proyecto que presenta es el que necesita el país.
La diputada Mathilde Panot, de La Francia Insumisa (LFI), ha denunciado el “caos político” y ha confirmado la presentación de una moción de censura. “No es posible que en una democracia gobiernen quienes han perdido las elecciones”, ha recordado, en alusión a los comicios legislativos de julio, de los que el Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas salió como el bloque más votado.
La izquierda, en cualquier caso, no puede tumbar sola al Gobierno de Barnier y será clave la posición final de la ultraderechista Agrupación Nacional, que ya en las últimas horas daba por hecho que terminaría presentando una moción de censura. En un alegato ‘in extremis’, poco antes del pleno, la jefa de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, anunció la presentación de una enmienda para indexar las pensiones a la inflación.
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