El rey emérito, Juan Carlos I, ha abandonado Vitoria este martes tras una visita a la capital alavesa por motivos médicos. El monarca ha salido a las diez menos diez de la Clínica dental Eduardo Anitua, donde ha permanecido desde el pasado domingo por la tarde, para dirigirse al aeropuerto de Foronda, y viajar en avión privado.
Al salir de la prestigiosa clínica vitoriana, ha sido recogido por una furgoneta Mercedes de color azul, desde la que ha saludado con la mano a los periodistas, a través del cristal de la ventanilla del vehículo.
A las diez y diez de la mañana ha llegado al aeropuerto, donde le esperaba el avión privado, al que se ha subido por su propio pie, tras declinar la ayuda que le ofrecía el personal, y ha partido cerca de las once menos cuarto.
Don Juan Carlos aterrizó en Foronda antes de ayer a las siete de la tarde procedente de Sanxenxo (Galicia) y se dirigió directamente a la clínica dental Eduardo Anitua, donde ha pernoctado durante dos noches.
En la capital alavesa el rey emérito suele ser tratado, no solo por Anitua, sino también por el traumatólogo Mikel Sánchez.
Don Juan Carlos llegó a Sanxenxo procedente de Abu Dabi, donde reside desde el año 2000, y permaneció durante cinco días en el municipio gallego, en el que estuvo alojado en la casa de su amigo personal, el regatista Pedro Campos.
Su siguiente destino fue la capital alavesa. Durante este pasado lunes, en el que los periodistas y fotógrafos esperaron al rey emérito a las puertas de la clínica sin éxito, por lo que se especula que ha permanecido en su interior desde su llegada a Vitoria, se vio a su yerno, Iñaki Urdangarin, que se encuentra en trámites dedivorcio de la infanta Cristina, circulando en bicicleta por la capital alavesa.
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