Este domingo, 21 de mayo, Grecia se dirige a las urnas para determinar su futuro político. A comienzos de año, el actual primer ministro heleno, Kyriakos Mitsotakis, tenía todas las ventajas para renovar su victoria. Sin embargo, el fallecimiento de 57 personas en el peor siniestro ferroviario en la historia del país ha debilitado la ventaja que el partido conservador Nueva Democracia tenía de cara a las elecciones legislativas, dando oportunidades a la oposición. Aunque su triunfo parece seguro, todo apunta a que el Parlamento estará dividido, sin que ninguna formación tenga la mayoría necesaria para gobernar en solitario.
Al igual que en 2019, el centro-derecha es el más favorecido para obtener la mayoría de los 300 escaños en disputa. Las encuestas indican que la formación azul obtendrá un 36% de los votos, casi cuatro puntos menos que en las últimas elecciones. Mitsotakis llegó al poder con la promesa de resolver los problemas económicos de Grecia, pero esta promesa se ha visto truncada debido a la irrupción del coronavirus, las tensiones migratorias con Turquía y la crisis energética generada por la guerra en Ucrania.
Después de una década de crisis de deuda y tres rescates, la situación en Grecia ha mejorado significativamente. “Mitsotakis puede mostrar indicadores macroeconómicos muy positivos: el PIB está creciendo, las inversiones extranjeras y el turismo están aumentando, mientras que el desempleo está por debajo del de España”, señala Héctor Sánchez Margalef, investigador del Cidob. “Muchos respaldarán esa estabilidad”. La popularidad del primer ministro se ha fortalecido gracias a su gestión, pero en los últimos meses ha perdido impulso, lo que podría dificultar su reelección. Ahora busca otro mandato para lograr un crecimiento anual del 3% y reducir la tasa de desempleo a cifras de un solo dígito.
Syriza busca un cambio
El único partido que podría hacerle sombra a Nueva Democracia es Syriza, que apunta a obtener el 29% de los votos. La coalición de izquierda radical liderada por el exmandatario Alexis Tsipras culpa al gobierno por las fallas de seguridad que causaron el accidente ferroviario que conmocionó al país.
También ha denunciado el escándalo nacional causado por el espionaje a políticos rivales. El pasado verano, Mitsotakis se vio obligado a despedir a su sobrino de un alto cargo gubernamental por aprobar el uso de un virus informático similar a Pegasus para intentar infectar el teléfono móvil del líder del Pasok, Nikos Androulakis, y de dos diputados de la oposición, así como al menos a dos periodistas. Aunque se aprobó una ley de transparencia para dichas operaciones, Tsipras pide una comisión de investigación sobre lo sucedido.
El Pasok tiene la clave
Hace 14 años, el Pasok era el partido más poderoso en Grecia. Ahora, después de años de travesía por el desierto por haber respaldado los recortes del gasto público, el histórico movimiento socialdemócrata aspira a obtener el 10% de los votos con promesas de fortalecer el sistema nacional de salud, promover una transición ecológica y aumentar la transparencia.
El papel del tercer partido en Grecia puede ser crucial en estas elecciones, ya que su apoyo podría inclinar la balanza hacia un gobierno de centro-derecha o de izquierda. “La llave está en manos del Pasok”, señala Sánchez Margalef. “Su principal opción es formar una coalición con Nueva Democracia, lo cual sería bien recibido por los mercados”. Aunque los grandes partidos aseguran que no colaborarán, la falta de una mayoría absoluta podría llevarlos a sentarse en la mesa de negociaciones. Si ninguno de ellos logra formar gobierno, Grecia se verá obligada a repetir las elecciones a principios de julio.
Otras formaciones
La pérdida de peso de Nueva Democracia y Syriza podría equilibrarse con un mayor protagonismo de partidos más pequeños. Todos aquellos que superen el umbral del 3% de los votos obtendrán representación en el Parlamento griego. Este es el caso del Partido Comunista (KKE), que espera alcanzar un inusual aumento hasta el 7% de los sufragios. Por detrás se encuentran MeRA25, el partido de izquierda alternativa fundado por el exministro de Finanzas de Syriza, Yanis Varoufakis, con un 4%.
¿Podría haber una coalición de izquierda tripartita? Sánchez Margalef considera que es poco probable. Por un lado, los comunistas no desean pactar con nadie. Por otro lado, después de su ruptura en 2015, Tsipras y Varoufakis “no se pueden ni ver”. “Esta opción de gobierno requeriría mucha flexibilidad”, agrega el investigador de Cidob.
Las encuestas también pronostican un 4% para Solución Griega, un partido ultranacionalista, pro-Rusia, religioso y de derecha conservadora que sigue los postulados de Viktor Orbán y Donald Trump, y otro 4% para el partido de extrema derecha Amanecer Dorado. Su fundador, el neofascista Ilias Kasidiaris, cumple una condena de 13 años de prisión por su papel como portavoz en el liderazgo de Amanecer Dorado, el cual fue ilegalizado en 2020 por operar como una organización criminal.
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