Electopromedio 8 de marzo. PSOE y Unidos Podemos: enemigos íntimos

Iniciamos hoy una serie de Electopromedios en los que analizaremos las relaciones existentes entre las ganancias/pérdidas de votos de los cuatro partidos principales de España, con las pérdidas/ganancias que experimentan los otros tres.

Para ello, tomamos cada una de las variaciones porcentuales respecto al anterior promedio que los cuatro partidos principales han experimentado desde el 26-J (hemos elaborado 24 electopromedios distintos desde entonces) y la comparamos con las que han observamos en los otros partidos. Buscamos correlaciones, positivas o negativas, que relacionen la evolución de unos y otros.

Lo habitual será que si un partido sube de un promedio al siguiente, ese dato se compense aproximadamente con una bajada de la suma de las variaciones de los otros tres. De esta forma, sería lógico obtener más coeficientes de correlación negativos que positivos.

Las variaciones entre fecha y fecha son éstas:

Pero lo importante, que son las correlaciones que se deducen de los microdatos anteriores, se presenta en esta tabla:

Llamaremos “vulnerabilidad” a la suma de las posiciones de cada partido respecto a los otros tres.

Si algo llama la atención es la fuerte correlación existente entre los movimientos del PSOE y los de Unidos Podemos. Se trata de una relación negativa: ambos experimentan sistemáticamente variaciones en sentidos opuestos.

Esto indica que los dos partidos se encuentran en competencia directa por sectores amplios de su electorado. Después de 24 tomas de datos seguidas podemos estar razonablemente seguros de ello: no hay otra relación tan estrecha entre los electorados de ningún otro par de partidos españoles.

Desde el punto de vista de Unidos Podemos, la interpretación parece clara: sus posibilidades de crecer pasan por ganarle terreno al Partido Socialista. Cómo hacerlo sin dañar sus posibilidades de llegar al gobierno, teniendo en  cuenta que a la vez el PSOE es su único aliado natural para posibles pactos postelectorales, es otra cuestión.

En cuanto al PSOE, su posición  es diferente. Está en  competencia directa por los votos de UP, pero también por bastantes votantes que provienen de PP y Cs. Por lo tanto, sus posibilidades de ganar (y de perder) en el intercambio de votos cruzado son muy superiores. Tiene más margen pero es más vulnerable que Podemos.

El tablero de ajedrez para Unidos Podemos resulta hoy por hoy muy simple: debe idear la estrategia correcta para ganar terreno a costa del PSOE. En cambio, para los socialistas todo es mucho más complejo: necesitan recuperar posiciones en medio del fuego cruzado con otros tres partidos. Inevitablemente, las ganancias frente a unos pueden suponer pérdidas frente a otros, así que el discurso a adoptar se vuelve mucho más comprometido. Los riesgos de no acertar con el planteamiento correcto son, para el PSOE, muy superiores que para los de Iglesias.

En próximas entregas analizaremos otras curiosas relaciones entre parejas de partidos.

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En cuanto a la evolución durante estas últimas semanas, destaca la bajada del PP a principios de marzo. Por su parte, UP ha logrado de nuevo una pequeña ventaja en votos sobre el PSOE.

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