Desde que ayer por la mañana se publicara la entrega del CIS de este mes (ha pasado desde este momento a ser mensual, en lugar de trimestral), arrecian las críticas contra él.
No vamos a entrar en el fondo de la cuestión, porque hace falta quizás un análisis más detenido, pero en una web como esta tenemos que dejar constancia del ambiente general.
Como muestra, tres botones pertenecientes a este mundillo, y que van desde una una crítica a la excentricidad muy compartida en redes pero que no entra en el análisis de fondo para intentar averiguar el por qué de la misma, pasando por otra metida en terreno político, y que aporta cifras concretas, para terminar con una tercera que apunta directamente a la metodología y que está bien desarrollada. A estas horas todavía nos falta la habitual revisión de Jaime i Miquel, que sin duda llegará próximamente.
Nuestro equipo de analistas ha decidido no valorar el barómetro del CIS por encontrar numerosas inconsistencias. Lo explicamos aquí. #CIS
— electocracia.com (@electocracia) September 25, 2018
Entre el chusco análisis de CIS dando un 31% de voto al Psoe, y el castizo calificativo de maricón al juez G. Marlaska, hoy el gobierno acaba de sentenciar su particular cuenta atrás. El silencio del feminismo es ensordecedor y ayuda a ello. Dejo los datos de la chapuza pic.twitter.com/sbiuX8Erdv
— Gonzalo Adán (@GonzaloAdan) September 25, 2018
3/ La estimación del CIS llama la atención porque se desvía mucho del promedio de sondeos. El CIS le da 10 puntos al PSOE sobre el PP; el promedio le da solo 4: pic.twitter.com/gfWwpt4wLh
— Kiko Llaneras (@kikollan) September 26, 2018
Otra cosa que me desconcierta del CIS: parece que han cambiado la pregunta sobre «simpatía». Comparad la pregunta 17 de julio con las preguntas 26R y 29 en septiembre. La formulación no es igual. pic.twitter.com/WBWv2nhiEA
— Kiko Llaneras (@kikollan) September 25, 2018
¿Qué ha pasado? A falta de conocer detalles, intentaremos ofrecer una perspectiva objetiva, la de nuestro propio promedio de encuestas:
Los datos para cada partido señalados en rojo indican mayor excentricidad, mientras los blancos se encuentran en línea con el promedio. La desviación global para los cuatro grandes partidos de cada encuestadora se encuentra ordenada a la derecha.
Hay que decir que una encuesta no es más acertada porque sea acorde con el promedio. Es legítimo utilizar criterios propios que lleven a resultados diferentes, siempre que sean objetivos y tengan cierta permanencia en el tiempo. La historia está plagada de pronósticos excéntricos que resultaron correctos (aunque muchísimos más fueron un fiasco), así que la excentricidad no es sinónimo de error, pero da qué pensar. Sobre todo porque no ha sido nunca la norma en la serie histórica del CIS.
Por otro lado, que la mayor desviación de la encuesta de ayer afecte de manera tan pronunciada a un solo partido, y que este sea el partido del gobierno, tampoco quiere decir nada, pero también da qué pensar, máxime cuando la cifra (30.5%) está tan desconectada de la evolución del propio partido en la intención directa de voto.
Y que en esta ocasión se hayan modificado los cuestionarios sin mantener la continuidad de la serie histórica puede estar justificado, pero también da qué pensar.
En definitiva, el CIS, habitualmente prudente y ponderado, se nos está convirtiendo (ya apuntaba el mes pasado en esa dirección) en la encuestadora más excéntrica del país.
Creemos que es pronto para juzgar y condenar. Habrá que esperar a la encuesta del mes que viene para seguir sacando conclusiones, pero los indicios empiezan a resultar preocupantes. Sobre todo porque no se están dando las explicaciones públicas necesarias sobre los cambios que se producen en la operativa de una entidad que es propiedad de todos.
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