Desde el lunes por la noche está prohibido difundir encuestas en España, así que nos tenemos que conformar con jugar con las frutas, las verduras y los dulces navideños, por eso de… pasar el rato.
La prohibición de difundir encuestas en pleno siglo XXI es una norma asimétrica, que permite que quienes tienen recursos, presupuesto o acceso a los medios, sigan informados (y puedan tomar decisiones sobre cómo actuar gracias a esa información), mientras que otra parte de la población se queda a ciegas.
Así pues, los partidos políticos siguen su camino en estos días, analizan datos y continúan conociendo tendencias, gracias al dinero que les pagamos entre todos con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Mientras tanto, los que pagan esas encuestas, los ciudadanos, no tienen acceso a ellas. Se suele decir que el que paga manda, pero en estos días, en España, el mundo gira al revés: el que paga es manejado, y el que cobra, encima, maneja los hilos.
Por suerte, igual que la naturaleza no conoce fronteras, internet tampoco. En un mundo global, nada humano nos resulta ajeno, y lo mismo podemos informarnos en Madrid que en Singapur o en Andorra. Así que por esa vía, por la de la “globalización”, se cuela una primera forma de burlar la absurda prohibición. Como no puede prohibirse hacer encuestas en España, sino solo difundirlas, el asunto se resuelve… publicándolas en un medio extranjero. Cualquier español, en cualquier lugar de España, puede acceder a la información en una milésima de segundo. Y cualquier español puede también enlazar a un medio extranjero, cosa que tampoco está prohibida.
Aún así se dirá, con razón, que muchos no conocen esos medios extranjeros, que la difusión queda limitada a la parte más interesada de la población, etc. Es cierto.
Por último, como las normas limitativas de derechos deben interpretarse restrictivamente, es decir, en el sentido de que produzcan la limitación mínima de esos derechos, hay otra vía, legal, que permite difundir datos desde dentro de España. Consiste en que los datos aparezcan en clave, de manera que sean irreconocibles a primera vista.
Desde que la prensa existe, ha sido y sigue siendo habitual hablar de algún tema espinoso sin citarlo expresamente. Escribir con sobreentendidos, frases con doble sentido y otros recursos literarios. Así, por ejemplo, se lograba a menudo, en el pasado, burlar a la censura en tiempos de represión politica. Hoy, además, gracias a la gran cantidad de recursos gráficos existentes, a la pericia lingüística de los viejos periodistas, se puede unir la pericia gráfica y simbólica de los nuevos.
El resultado final es que la prohibición de difundir encuestas solo opera para la parte de la población más desinformada, con menos nivel cultural, y más fácilmente manipulable. Lo que debería ser una información plural, diversa y abierta para todos, acaba estando a disposición de la mayoría, corriendo de mano en mano y de link en link, salvo para quienes, por edad o por formación, permanecen ajenos al mundo digital.
Una nueva brecha se ha abierto entre nosotros: hay una parte de la sociedad que está más informada que otra. Una parte de los votantes sabe o puede saber, si le interesa, qué son las naranjas, las berenjenas o las rosas, y otra, aunque quisiera, no podría estar informada, porque su mundo son, excluvisamente, los telediarios y las emisoras de radio.
Semejante asimetría tiene fácil solución: abrir la información, de forma que resulte accesible, también, para las personas que se quedaron atrás, para lo que viven, aún, en un mundo analógico, ya que es imposible poner puertas al campo en la esfera digital.
La responsabilidad de que no sea así es de una clase política que, encerrada en su mundo, mantiene vigentes normas absurdas, insostenibles en pleno siglo XXI. La prohibición les permite manejar hilos durante los últimos días de campaña, precisamente, frente a la población más vulnerable y que con más mimo deberíamos tratar: los ancianos y quienes tienen menor nivel cultural.
Una pena y una vergüenza.
Tu opinión
Existen unas normas para comentar que si no se cumplen conllevan la expulsión inmediata y permanente de la web.
EM no se responsabiliza de las opiniones de sus usuarios.
¿Quieres apoyarnos? Hazte Patrón y consigue acceso exclusivo a los paneles.